Bajo el lema: “aprender para emprender”, las mujeres decididas a encontrar su independencia económica y laboral le dieron una segunda oportunidad a materiales reciclados.
El Alto, 9 de febrero (ANA).- Más de 300 mujeres migrantes e hijas de padres del campo que viven en la ciudad de El Alto, se unieron en contra de la degradación medioamiental y la violencia, decididas a cambiar sus vidas y la de sus familias a partir de la formación técnica en diferentes rubros que les imparte les vaya a permitir su independencia económica.
“La Fundación Pueblo está abriendo nuevamente sus puertas este 2024 con nuevos cursos, como el de cajero, de albañilería que están teniendo una gran acogida entre las mujeres; ya son más de 300 mujeres que van a participar en estos cursos”, destacó Maya Condo, coordinadora del proyecto: Mujer contra la Degradación Medioambiental y la Violencia.
Tras una intensa campaña a través de medios de comunicación y Redes Sociales, más que 300 mujeres –algunas que sufrieron violencia en entornos familiares y/o laborales- lograron su cupo para poder capacitarse en diferentes rubros, y de ese modo emprender su actividad económica.
“Nuestro lema es aprender para emprender, que es el primer requisito para empoderarse. Para combatir la violencia es importante que las mujeres tengan independencia económica, porque uno de los factores que detona en violencia es que ella esté sumisa porque dice: él me aporta, es su dinero, cuando ellas también pueden generar, pero lo que necesitan es una capacidad para poder salir adelante”, señaló Condo durante la inauguración de la gestión.
El desafío más grande, según la coordinadora del proyecto, es que todas las mujeres, a que se les denomina “compañeras” logren su autoestima y seguridad para de decir: “yo puedo, salgo de aquí y voy a emprender”, para lo cual la Fundación Pueblo pretende darles todas las herramientas posibles.
Concepto ambiental
El concepto ambiental del programa consiste en la reutilización de materiales, como el cartón, plástico, telas, cuero, entre otros materiales que sirven para elaborar zapatos, ropa de mascotas o transformar prendas gastadas. El propósito, no sólo elaborar ropa de uso familiar, sino también para la venta.
Este año se habilitaron cursos de tejidos en máquina, confección de ropa para mascotas con material reciclado, pollerería, elaboración de calzados, albañilería, plomería, mantenimiento y reparación de celulares, decorado de luces de neón, entre otros.
Cursos transversales
Maya Condo explicó que el escaso conocimiento que se tiene sobre la verdadera dimensión de la violencia, hace pensar que se limita al maltrato físico, cuando en realidad se da en varios planos, y es necesario percatarse de eso.
“Con todo el conocimiento de los transversales, las compañeras aprenden no solo sobre sus derechos, también sobre los derechos de sus hijos, aprenden sobre prevención de la violencia, y una vez que se dan cuenta que son víctimas de violencia recién sienten la necesidad de ayuda. Tenemos a la psicóloga como a la abogada para ayudarles, y en el caso de que haya que presentar una denuncia se la hace”, señaló.
Desde la Fundación Pueblo dijo que se trata de que cada una de las mujeres que se inserta en el programa de capacitación, se sienta apoyada y parte de la institución.
En esta ocasión, el 90% de las mujeres inscritas para los talleres son mujeres migrantes, la mayoría de las participantes está entre los 25 a 35 años y la mayoría son jefas de hogar.
“Quiero ser mi propia jefa”
Sonia Flores, madre soltera de un hijo, antes de ingresar a La Casa del Futuro, ubicada en la zona 1 de Mayo, en la Av. Ballivián, esquina Norte, No 603, aseguró que se motivó inscribirse en los cursos de tejido en máquina porque quiere tener su propio taller y ser su propia jefa.
“Soy madre soltera, y eso es lo que me ha impulsado para salir adelante por mi hijo y he tomado el curso de tejido en máquina (…). Quiero ser mi propia jefa porque cuando una es madre soltera tiene la obligación de sostener el hogar y estar al pendiente de los hijos, por eso he decidido emprender mi propio negocio. Por eso estoy agradecida con la Fundación que me está abriendo muchas puertas”, manifestó.
La becaria destacó que los cursos sean gratuitos, ya que en muchas ocasiones una de las limitantes para que las mujeres no puedan aprender nuevos oficios es por falta de recursos económicos que solventen estos talleres. “Si quiere aprender en un instituto se tiene que pagar y a veces no hay la solvencia, pero en la fundación dan los cursos gratuitos y solo hay que poner algo del material”, sostuvo.
“Soy de El Alto, pero mis papás son de Sorata, de la provincia Larecaja; es difícil salir adelante cuando no se tiene bases, no se tiene formación profesional, es muy duro. Pero ahora sueño con un negocio que también pueda dar trabajo a las demás, ayudar también a las mujeres que han pasado por procesos dolorosos”, aseguró.
Guardería y apoyo escolar
La responsable del centro infantil de La Casa del Futuro, Alison Quispe, explicó que la guardería que funciona en la Casa del Futuro, cuida a los pequeños hijos de las madres beneficiarias de los cursos, mientras ellas pasan sus talleres, pero no se limitó a recibir a niños menos de cuatro años, sino que también recibe en sus instalaciones a niños en edad escolar.
“Con los más pequeños se trabaja la motricidad fina, se les enseña a recortar papeles, a agarrar el lápiz, aprendieron vocales y números que les sirve para pre kínder y kínder, pero también se les apoya en sus tareas a los niños en edad escolar”, explicó.
Las y los niños que no cuentan con desayuno escolar comen la merienda que sus madres llevan a la guardería.
“No perjudiquen a mujeres que quieren cambiar su historia”
Una de las beneficiarias, durante el acto de inauguración a la que se dieron cita representantes de la Alcaldía de El Alto y la Fundación Munasim Kullakita, destacó que los profesionales de la Fundación se convirtieron en amigos de las mujeres que se forman en los cursos.
“Tanto me han ayudado que orgullosamente digo que ya voy a terminar mi carrera y desde el otro lado voy a volver a Fundación Pueblo para apoyar a las mujeres que han sido maltratadas como yo he sido maltratada, no tengo miedo decir que he sufrido violencia”, dijo Heiny Verástegui.
Con la voz entrecortada instó a las mujeres que se dieron cita a la inauguración que no dejen las clases. “Son afortunadas al conseguir un cupo para el curso que van a tomar, si lo van a dejar, van a perjudicar a otra mujer que quizás quiso cambiar la historia de su vida”, expresó.
La Fundación Pueblo cumplirá 33 años de servicio a la comunidad y 10 en la ciudad de El Alto. A lo largo de su vida institucional ejecutó varios programas sociales como el Hospedaje Estudiantil en Familia, Acceso Público, Turismo Comunitario en el Takesi, entre otros.
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