En el Bioparque Vesty Pakos se albergan a 11 cóndores andinos (Vultur gryphus) de diferentes edades y tamaños distribuidos en dos ambientes: Domo de Cóndores y Mallkutapa.
La Paz, mayo (ANA).- Este sábado 27 de mayo, en el Día de las Madres, el Bioparque Municipal Vesty Pakos desde las 10:00 hasta las 12:00 desarrollará la actividad educativa denominada “Madre de los Andes” en una conmemoración a las madres bolivianas y a Mururata un cóndor hembra que es la única especie silvestre que se ha reproducido, en el marco de un programa de conservación, en este centro de custodia.
En esta actividad de manera lúdica se dará información sobre esta especie mientras el visitante observa el desenvolvimiento de Mururata mientras recibe su pastel hecho con alimentos adecuados para ella.
Mururata, la madre de los Andes
En el Bioparque Vesty Pakos se albergan a 11 cóndores andinos (Vultur gryphus) de diferentes edades y tamaños distribuidos en dos ambientes: Domo de Cóndores y Mallkutapa. Son siete machos y cuatro hembras, casi todos tienen nombres de importantes y representativas montañas de la cordillera de los Andes tales como Illimani, Sajama, Uturuncu, Ancohuma, Condoriri, entre otros.
Sin embargo, solo una de las hembras llamada Mururata, tras un largo periodo de convivencia junto a su fiel compañero el cóndor andino macho llamado Amauta, logró la primera reproducción en cautiverio de esta especie en el país por lo que es considerada la madre de los Andes.
“Los cóndores andinos poseen una tasa de reproducción muy baja primero porque suelen poner uno o dos huevos al año y segundo porque son una especie de ave monógama, ya que escoge una pareja y permanece con ésta de por vida”, señaló Omar Rocha Olivio, administrador del Bioparque Municipal Vesty Pakos.
Los registros revelan que Mururata junto a Amauta, una pareja consolidada de cóndores andinos de más de 30 años, habitaron inicialmente en el antiguo zoológico ubicado en pleno centro de la ciudad de La Paz, hoy Parque Urbano Central (PUC), antes de ser trasladados a Mallasa.
“Los cóndores tienen una vida longeva que puede superar los 75 años de edad en cautiverio, por lo que podemos pensar que esta pareja permanecerá junta por muchos años más”, agregó Rocha.
Mallkutapa o Nido de Cóndores
Desde el 2009, Mururata y Amauta empollaron huevos sin éxito. “Intentaron ser padres durante muchos años. Con el objetivo de reforzar la reproducción de esta importante especie recibimos pautas de expertos respecto a la alimentación y adecuación del ambiente”, mencionó Fortunato Choque, encargado del área de Conservación y Manejo de Fauna Silvestre del Bioparque Municipal Vesty Pakos.
Por ese motivo el año 2016 se diseñó “Mallkutapa” en aymara y en castellano “Nido de Cóndores” que es un ambiente de 300 metros cuadrados adecuado para propiciar la reproducción de Mururata y Amauta, que utilizaron una cueva rocosa para construir su nido.
Durante dos meses, que es el ciclo normal de empolle de los cóndores andinos, tanto Mururata como Amauta cuidaron por turnos a su huevo.
Illimani: el primer cóndor nacido en cautiverio
El 20 de diciembre de 2016 nació Illimani, el primer cóndor andino nacido en cautiverio dentro del territorio nacional en el marco del Programa de Conservación de Cóndores.
“Esta especie es prioritaria para el Bioparque porque a nivel nacional y regional las poblaciones en vida silvestre están disminuyendo de manera alarmante debido a una serie de amenazas tales como la caza furtiva, el envenenamiento, entre otros”, explicó Rocha.
Para el cuidado de los polluelos de cóndor participan ambos miembros de la pareja hasta que el polluelo alcance los siete u ocho años de edad. Es por eso que para el cuidado de este cóndor hembra llamada Illimani, al igual de lo que sería en vida silvestre, fue realizado entre sus padres Mururata y Amauta hasta que logró alcanzar los siete años de edad.
El crecimiento de Illimani fue importante para registrar datos sobre esta especie, dado que el Bioparque logró registrar sus primeros aleteos fuera del nido, los cambios de coloración de su plumaje, su tamaño, su peso y su comportamiento.
Actualmente, Illimani se encuentra en otro ambiente donde comenzó congeniar con un cóndor macho llamado Ancohuma, con quien se espera que se consolide como pareja.
Dimorfismo sexual en los cóndores andinos
“A diferencia de otras aves el cóndor andino presenta un dimorfismo sexual por lo que es fácil identificar a una hembra de un macho”, explicó Rocha.
Los machos, por ejemplo, son hasta un 13% más grande que las hembras, además que presentan una cresta (la cual crece con la edad), papada, un collarín blanco y el iris de color marrón. Mientras que la hembra es de menor tamaño, sin cresta, con un collar blanco delgado y el iris de color rojo.
Los cóndores proporcionan importantes servicios ecosistémicos, particularmente relacionados a eliminar los cadáveres de otros animales de forma natural por lo que ayudan a mantener niveles sanitarios adecuados en el ambiente porque controlan la propagación de enfermedades. Su presencia es un indicador de la salud de los ecosistemas y de otras especies que comparten el hábitat.
ANA
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