Además del mercurio están el cadmio, el arsénico, el plomo y otros cuyos efectos son letales, Bolivia debe detener el saqueo y los graves atentados que a diario se perpetran contra la salud de los ciudadanos y de los pueblos amazónicos.
Vladimir Ledezma Maldonado
La Paz, octubre de 2022 (ANA).- El lunes 18 y el martes 19 se desarrolló un evento internacional en el paraninfo universitario sobre la situación del mercurio y sus impactos en la salud y la naturaleza en el que participaron disertantes, ambientalistas y académicos de las Naciones Unidas, Perú, Colombia, Brasil, Ecuador y por supuesto Bolivia.
En el evento organizado por el centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB), la Unión Europea (UE), el centro Bartolomé de Las Casas (CBC) entre otras instituciones contó con la participación de varios centenares de personas en los diferentes horarios de su desarrollo, donde destacó la presencia de ambientalistas, políticos, dirigentes cívicos, vecinales, de pueblos originarios, prensa y ciudadanía en general.
Un aspecto preocupante es a contaminación con mercurio que de acuerdo a denuncias e investigaciones periodísticas se estaría produciendo en las áreas urbanas de las ciudades de La Paz y El Alto, donde dichas urbes se constituirían en los principales puntos de importación de ese metal líquido, estando la mayor parte de los depósitos en la ciudad de El Alto en tanto que los principales comercializadores operarían desde la ciudad de La Paz.
Desde estas urbes se distribuiría el mercurio al resto del país, incluso fuera, por lo que es preciso atender qué es lo que ocurre, cómo se gestiona y dónde se guarda el mercurio pues no depositarlo adecuadamente puede provocar su evaporación con la contaminación consecuente y las letales consecuencias que ello estaría provocando, inclusive alguna autoridad hizo referencia a la posibilidad de que el mercurio sea vertido a nada menos que a los cuerpos de agua como alcantarillas.
También el lago Titicaca recibe desechos de zonas mineras
Óscar Campanini, investigador del CEDIB, avizoró la posibilidad de que el mercurio llegue a los peces que son consumidos en la ciudad de La Paz, en cuanto a que además de aquellos que proceden de la amazonía, también se encuentran los peces del lago Titicaca que reciben muchos desechos de zonas mineras, pero que son consumidos por la ciudadanía de las urbes alteña y paceña.
“Entonces es a través del pescado que existe la posibilidad de que nos llegue el mercurio, no solamente el pescado de la Amazonía, sino también el pescado que está en el lago Titicaca que desafortunadamente también recibe muchos desechos de zonas mineras”, advirtió el investigador.
Al respecto no pudimos dejar de indagar cuáles son las instancias que producen mercurio para ser exportado y que muchos países, entre ellos el nuestro, son grandes importadores de esta sustancia letal para la salud y al respecto Campanini no dudó en apuntar a algunas empresas que se encuentran en México, manifestando además que ese país que también es suscriptor del convenio de Minamata (2015) llegó a exportar una cuarta parte de todo el mercurio y desafortunadamente esa cuarta parte llegó a Bolivia.
Según investigaciones hay al menos 83 minas de mercurio en México (Querétaro, Durango, EdoMex, Guanajuato, Guerrero, San Luis Potosí y Zacatecas). El kilo del mercurio hoy se vende a 700 pesos mexicanos, los compradores fijan el precio de acuerdo a la oferta y la demanda, 700 pesos son cerca de 34 dólares. Una botella de coca cola de 600 mililitros, llena de mercurio, puede pesar ocho kilos.
“México también es suscriptor de Minamata, entonces debería controlar sus exportaciones así como Bolivia debería controlar sus importaciones, entonces los importadores han empezado a traer mercurio de otros países y en los últimos años no solamente México es el único proveedor”, subrayó a tiempo de referirse a Emiratos Árabes e inclusive Japón y Brasil.
Lamentablemente aún no existe información suficiente sobre los efectos que provoca el mercurio en la salud de las personas de las ciudades, pero es evidente que no pueden ser muy diferentes a los efectos ya estudiados y que afectan a los pueblos amazónicos, por lo que es urgente que el estado boliviano adopte medidas para salvaguardar la salud de la población, la biodiversidad y el medioambiente.
Minería aurífera genera cadena de actividades criminales
El sector de la importación de mercurio, mineral que es empleado para el lavado de oro, actividad que se ha incrementado notablemente, provoca una hilera de instancias que son beneficiadas y se caracterizan por actividades delictuosas. Inclusive se sospecha su ligazón al narcotráfico, pues existen sectores que proceden a dedicarse a la trata y tráfico de menores y mujeres destinados al sector minero.
Ello lo demuestra ampliamente una investigación realizada por la periodista Jimena Mercado y que la patentiza en su libro “Tras el Dorado” que tuvo que recorrer las regiones de Teoponte, Caranavi, Guanay y Mayaya hasta llegar a Mapiri donde dicho delito alcanza proporciones considerables en esa ruta de Los Yungas y el norte paceño, pues allí hay inclusive niñas de entre ocho y nueve años que son víctimas, mientras hombres armados las custodian y no las dejan salir.
”Hay un sector que hace trata y tráfico de mujeres y niños para este sector minero, hay un sector que también trafica con combustibles para beneficiar a este sector, por ejemplo una región como Apolo ya no permite realizar otras actividades, ha sido la distribución de combustible tomada y controlada por organizaciones que compran y proveen luego al sector minero con sobreprecio, entonces esta actividad minera no solamente está generando riqueza en escalas desproporcionadas en relación a la situación de los pueblos indígenas con el sector minero, sino que está creando otras redes económicas de poder que al final es interés de estos sectores que esto no se reduzca, no cambie la situación”, observó Ruth Alipaz, entrevistada por ANA.
La dirigente es también miembro de la mancomunidad de comunidades indígenas de los ríos Beni, Tuichi, Quiquibey de la amazonía boliviana en el norte de La Paz y Beni, así como coordinadora general de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap) y estuvo presente en el evento internacional donde expuso la situación que viven los pueblos del área por la explotación minera del oro, reforzada con estudios académicos realizados al respecto.
“Los grados de contaminación con mercurio que hemos encontrado en las poblaciones es alarmante, datos que ya existían en estudios de treinta partes por millón en 2010, hemos corroborado que tenemos hasta 27 partes por millón en algunos casos en nuestro cuerpo, eso en poblaciones indígenas.”, reveló, sin dejar de hacer referencia a lo que ocurre con el problema del mercurio en áreas urbanas.
En la red de venta del mercurio estarían involucrados los mismos joyeros quienes proveen mercurio a las cooperativas obteniendo abundantes ganancias de ello, ya que no solamente están procesando el oro con Hg más las consecuencias letales que ello provoca, “entonces eso es por lo menos lo que nosotros hemos observado en las poblaciones pequeñas donde el joyero, el proveedor de mercurio, entonces tenemos que prestar atención y cuestionarnos ello”, observó la dirigente amazónica.
Asimismo destacó que los efectos que sufren los pueblos indígenas amazónicos son aún mayores porque los impactos que la explotación aurífera genera con el uso de mercurio provocan pérdida de territorio, pérdida de soberanía en el tránsito por los ríos, como el Beni y el Tuichi, destrucción de las montañas que están siendo literalmente demolidas, sumando ello a la deforestación y a la aniquilación de biodiversidad, así como el envenenamiento de los peces que son alimento de esas comunidades violando su derecho a la alimentación y al trabajo porque ello perjudica además gravemente al ecoturismo comunitario.
Medidas urgentes
A su turno la senadora Cecilia Requena, presidente de la comisión senatorial de Tierra y Territorio, Recursos Naturales y Medio Ambiente se refirió a la necesidad impostergable de que las autoridades de los tres niveles de gobierno, esto es central, departamental y local (alcaldías), adopten urgentes medidas al respecto y dejen de evadir sus responsabilidades.
“Las autoridades nacionales del ramo debieran adoptar medidas, es inaceptable, es de hecho una violación de derechos humanos, clarísimo, es completamente criminal, ahora otra cosa es que sea fácil hacerlo, ya sabemos cuán difícil es detener la minería del oro en todas sus fases, porque además la gente sigue usando calles, se va más allá, siempre es muy difícil, entonces obviamente la alcaldía tiene que tomar medidas de hecho”, enfatizó.
Siempre en la línea de la defensa del medio ambiente, Gonzalo Gutiérrez, otro de los participantes, consideró que la única posibilidad de detener todos esos atentados se traduce en la articulación de una lucha conjunta de todas las organizaciones que tenga como base a la Constitución Política del Estado.
“Voy a plantear si se organiza esto y uno de los puntos fundamentales de esa unidad implica oponerse a la política económica del gobierno, esa política implica que en el contexto del gobierno, de los poderes, está el problema de manipular los recursos naturales en función de las élites que se han creado últimamente y que están directamente ligadas con las transnacionales”, anunció. (VLM)