Piden al menos 30 años de pausa ambiental. «Hemos protestado en contra de la muerte y del ecocidio que estamos viviendo, de los diferentes problemas ambientales, estamos en contra de la minería, del extractivismo y de la muerte de los animales”.
La Paz, noviembre de 2023 (ANA).- Cuando aún no se disipa el humo ni el calor de los incendios provocados en el norte paceño y otras regiones del país, un grupo de activistas ambientales realizó una protesta callejera ante las puertas de la gobernación paceña exigiendo que ese nivel de gobierno adopte acciones efectivas contra las quemas y la depredación como la abrogación de toda norma, en este caso a nivel departamental, que promueva los incendios y avasallamientos, especialmente por parte de mineros, ganaderos y el monocultivo, como la palma aceitera africana.
Las primeras horas de la mañana marcaron la protesta ambiental demostrando que ese tipo de acciones son indispensables para complementar toda concienciación sobre la dramática situación por la que atraviesan nuestro entorno natural y sus defensores, los activistas ambientales, los periodistas y los ciudadanos en general, sin obviar a las víctimas como los pueblos indígenas, los animales, los bosques, los acuíferos y la biodiversidad.
Luego de la protesta, los activistas fueron a participar del seminario internacional “Reducción del espacio cívico e incremento de riesgo para defensores de derechos humanos en Bolivia”, que se realizó en un céntrico hotel de la sede de Gobierno organizado por el Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib), la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB( y la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originario Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap).
Pausa ambiental y abrogación de leyes incendiarias

Los activistas, además de la protesta, deploraron la indiferencia de algunos sectores de la prensa y de la misma ciudadanía, que prefieren manifestarse por un título futbolístico o dar cobertura a un accidente automovilístico, pero, en cualquier caso, ratificaron que continuarán luchando hasta lograr una pausa ambiental y la abrogación de las leyes que fomentan incendios forestales, además de la minería, traficantes y avasalladores.
“Lo que nosotros queremos es la abrogación de las leyes incendiarias y queremos que también se haga una pausa ambiental por un mínimo de treinta años, que todas las poblaciones indígenas que han sido desplazadas por el fuego vuelvan a sus territorios porque ellos son dueños de ese territorio y lo mismo con los animales. Eso es lo que estamos pidiendo específicamente al gobierno”, manifestaron los activistas que solicitaron que por seguridad no sea revelada su identidad.
Pese a ello, se sabe por algunas publicaciones periodísticas que las cooperativas auríferas son subvencionadas en carburantes por el Estado con alrededor de 500 millones de dólares al año y que el gobierno central se niega a abrogar las leyes incendiarias y sancionar drásticamente a quienes las provocan, pese a que existen proyectos presentados por diputados ante la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
“Lamentablemente hasta ahora se le ha exigido al gobierno desde el 2019 que tenga un plan de contingencia contra incendios…no lo ha hecho. Seguimos con normas que permiten los incendios y están terminando con nuestra naturaleza, el gobierno tiene que empezar a sentar cabeza y pensar que la mayor riqueza que tiene nuestro país es la naturaleza y que no podemos terminarla por extractivismo, por las plantaciones de caña, por las plantaciones de soya, por las plantaciones de palma africana que se están pretendiendo traer por el lado de la Amazonía, no podemos perder nuestros bosques que son fuente de vida”.
Muchos movimientos ambientalistas también se encuentran indignados por la falta de cobertura a hechos tan trascendentales como aquellos que tienen que ver directamente con la subsistencia de toda forma de vida, con la falta de acción por parte de la ciudadanía que, además de la biodiversidad, es la más perjudicada, pero que permanece adormecida por factores semejantes a patitos amarillos que dan vuelta en su cabeza.
“A través de la gobernación nos hemos posesionado en las calles porque creemos importantes que el activismo es una herramienta de transformación social bastante fuerte, si bien estamos en La Paz, estamos llenos de bloqueos, marchas, entonces a través de este tipo de actividad hemos expresado nuestra bronca de manera simbólica, artística, performática (dar vida a través del movimiento en acción y pensamiento, más allá de la forma definida, hacia la transformación y el cambio). Hemos protestado en contra de la muerte y del ecocidio que estamos viviendo, de los diferentes problemas ambientales, estamos en contra de la minería, del extractivismo y de la muerte de los animales, de las personas, entonces también hemos hecho esto de modo simbólico.”