Exigimos a los gobiernos amazónicos la ratificación y cumplimiento de todos los acuerdos internacionales que garantizan la protección de la región garantizando mecanismos de participación efectiva y vinculante de los pueblos indígenas y comunidades amazónicas
Texto e imágenes: Vladimir Ledezma M.
La Paz, junio de 2024 (ANA).- Fue algo más que un encuentro entre ambientalistas y comunidades indígena campesinas de todos los países del área amazónica como Brasil, Colombia, Guyana, Venezuela, Ecuador, Perú y por supuesto Bolivia; se trató de un evento de cuatro días entre el 12 y 15 de junio en las poblaciones de Rurrenabaque y San Buenaventura que dio voz a pueblos minimizados, a una biodiversidad devastada y a ecosistemas frágiles y gravemente amenazados por la minería, el agronegocio, el tráfico de animales silvestres, los incendios y la deforestación.
46 resoluciones emanaron de los ejes temáticos y grupos de trabajo de este XI Fospa, el cual contempla en su mandato aspectos como pueblos indígenas y amazónicos, la Amazonía y la Madre Tierra, alternativas a los extractivismos, comunicación para la vida en la Amazonía y resistencia de las mujeres.
Este Fospa no podía dejar de dejar de pronunciarse en contra de las guerras y en este caso concreto en apoyo del pueblo de Palestina que está siendo víctima de un genocidio que no discrimina entre combatientes, civiles, mujeres y niños pidiendo una Palestina libre, así como que la ONU vuelva a colocar a la Guyana Francesa en la lista de territorios a ser descolonizados, con el reconocimiento de los pueblos indígenas y sus autonomías.
Trabas burocráticas a las autonomías
Eliminar las trabas burocráticas impuestas a la autonomía de los pueblos indígenas amazónicos pues esa autonomía se orienta a consolidar a los estados plurinacionales bajo el mandato de vivir en armonía con la naturaleza y bajo la aplicación de su propia justicia.
En ese sentido se reclama el derecho de estos pueblos a ser consultados para brindar consentimiento mayoritario sobre cualquier proyecto en el sector, son resoluciones en las que se enfatizó en este eje temático, ya que en muchos casos se ha coptado a algunos dirigentes y pasar por la anuencia mayoritaria del pueblo afectado, todo ello para beneficiar al proyecto de una empresa u otra instancia determinada.
Acuerdo por la vida
Otro eje temático: la Amazonía y la Madre Tierra convocó a los pueblos de todos los continentes a unirse para conformar un acuerdo por la vida para hacer frente al colapso climático y ecológico bajo el lema de “cambiar el sistema capitalista y no el clima” orientado ello a consolidar territorios libres de extracción petrolera, minería, deforestación, agronegocio, contaminación, falsas soluciones, libre comercio, militarización y violencia.
Siguiendo esa línea se propuso un nuevo pacto social “que reconozca al agua como sujeto de derechos, a través de un tratado andino-amazónico destinado a preservar su ciclo”. También se convocó a crear una Asamblea Permanente de los Pueblos Andino-Amazónicos para proteger, defender y cuidar el agua y la biodiversidad en la Amazonía.
Amazonía: zona prohibida para el extractivismo minero
A su vez el eje Alternativas a los Extractivismos convocó a un consenso regional para la declaración de la región como zona prohibida para todas las formas de extractivismo minero así como a una marcha de los pueblos en defensa de los territorios frente a la minería tanto legal como ilegal.
Todo ello sin dejar de lado el exigir a los gobiernos del área amazónica el fiel cumplimiento de acuerdos internacionales como el Convenio de Minamata, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el Acuerdo de Escazú, la Declaración de la ONU de los Pueblos Indígenas, la Convención Ramsar y otros, reivindicando su carácter vinculante.
Semillas libres de transgénicos y no a la palma africana
También se rechazó plenamente a la palma africana para biodiésel en Bolivia y en los demás países amazónicos en consideración a que vulnera los derechos de los ecosistemas, la biodiversidad y los pueblos del sector, beneficiando a empresas privadas y no dando resolución a la escasez de combustible.
De igual modo se propuso la declaratoria de semillas libres, nativas, indígenas criollas, campesinas como patrimonio colectivo de la humanidad, rechazando el uso de semillas transgénicas, biotecnología y monocultivos, llamando de esta manera a implementar la soberanía alimentaria y los sistemas alimentarios locales de base agroecológica, sugiriendo paralelamente la creación de la Universidad de la Agroecología en la Amazonia con sede en los diferentes países.
Comunicación: derecho universal inalienable
Reivindicando el carácter de la comunicación como un derecho universal, el mandato que también contempló a esta ciencia para la vida en la Amazonía, por su capacidad de movilizar y transformar, consideró que la subsistencia de culturas, conocimientos y lenguas indígena amazónicas ha sido posible gracias a la comunicación desde los ancestros hasta las generaciones actuales, haciendo un llamado a fortalecer todas las expresiones comunicacionales del área.
“Es la comunicación la que permite el intercambio de experiencias y saberes que, a través del diálogo, construye colectivamente cultura y proyectos de vida. Al expresar cultura se comparte, desde la cosmovisión mítica y espiritual, con otras comunidades y con otras formas de vida”.
Mujeres: en primera fila por la defensa de los territorios
La resistencia de las mujeres reivindicó el hecho de que se hallan en primera fila “de lucha y defensa por la soberanía de nuestros cuerpos, la madre naturaleza y los territorios”.
En concordancia se manifestaron en contra de las opresiones del colonialismo, el capitalismo y los extractivismos, bajo la siguiente consigna: “Nuestros cuerpos y territorios no se tocan, no se violan, ¡No se matan! (VLM)