El avasallamiento de tierras, el loteamiento, terraceo y el vertido indiscriminado de basura en un lugar tan atractivo son algunas características, pues además se pretende partir en dos el lugar para abrir una vía que conecte las partes norte y sur
La Paz, septiembre de 2024 (ANA).- Se trata de la visita a un área protegida municipal (APM) cuyo fin, según el municipio paceño, es conservar y proteger el patrimonio natural paisajístico del municipio de La Paz, encontrándose bajo la categoría de área de protección ambiental, pero lo primero que se pudo advertir al ingresar es que el acceso a los cerros del sector protegido, fueron intencionalmente derribados con el aparente fin de que nadie ingrese a inspeccionar el lugar.
Bajo la muda consigna de que nada frenaría el paseo y pese a las dificultades iniciales, un grupo de senderistas logró subir hasta llegar a un sendero que conduce por el sector y en el que existe señalización con indicaciones respecto a la flora y fauna del área. El lugar descrito y que ya se encuentra en plena APM Bosque de Bolognia, entre los 3.300 y 3.650 metros de altura, está ubicado a pocas cuadras más arriba del Parque del Ingeniero, en el barrio de Alto Obrajes.
Efectivamente, el emporio obedece a las características de los valles secos paceños, lo que no quiere decir que no albergue vegetación y fauna (picaflor gigante, ranas y otras aves); sino todo lo contrario: diferentes especies de cactus y arbustos en plena floración tales como retamas y cola de caballo, árboles nativos como kiswara, keñua y algarrobo, además de pajonales y sehuencas, ello sin olvidar los escarabajos, mariposas y otros insectos.
Urbanizaciones y condominios al acecho
Todos estaban muy animados por los atractivos que ofrecía ese primer tramo de ascenso, de ese modo se llegó a la cúspide de aquel sector del APM desde el cual se podía observar panoramas realmente cautivadores que permitían divisar a otras zonas como Irpavi, Bellavista, Obrajes, Cota Cota, Muela del Diablo, Challaloma, así como el centro citadino y hacia el norte, los barrios de San Isidro y Villa Armonía, entre otros.
Sin embargo, las amenazas que sufre el APM quedaron en evidencia: en primer lugar, el proyecto que pretende partir en dos a esa área protegida, ello para construir una vía vehicular que conecte los sectores urbanos de San Isidro con los condominios y sitios similares que quedan hacia el sur, muy cerca a la calle 17 de Obrajes. Por otro lado, los plásticos, envoltorios, recipientes metálicos, botellas desechables, escombros y otros derramados al borde del sendero afeaban el lugar, en otros sitios había verdaderos tiraderos de basura, especialmente en las laderas empinadas.
La misma guía municipal de áreas protegidas (2024) identifica como riesgos y amenazas a ese sitio a la “intervención antrópica (riesgos provocados por la acción del ser humano y sus efectos sobre la naturaleza [aclaración ANA]), erosión continua del suelo, zona inestable no apta para la construcción de edificaciones urbanas, movimiento de tierras no autorizados e incendios”.
Terraceado para edificaciones
La caminata continuó y una de los primeros panoramas desagradables que fue posible advertir, estaba constituido por enormes espacios terraceados para la edificación de viviendas y que se encontraban hacia el este, espacios además totalmente deforestados, pese a que las mismas indicaciones de la guía municipal establecen que el lugar no es apto para construcciones urbanas; de inmediato surge la pregunta: ¿quién habrá autorizado ello?
Era realmente asombroso cómo las edificaciones urbanas avanzaban sobre el área protegida: calaminas, cemento y ladrillo…altares de la expansión urbana descontrolada… inclusive desechos de la instalación de enormes torres para conectado de cables se hallaban tirados en el trayecto, pero aún así, el grupo de trekking continuó, en el que más de uno explicaba las características de la flora y fauna del lugar -verdadera educación ambiental- mientras todos recogían en unas bolsas algo de la basura que había en el trayecto.
De igual manera, y a muy pocos metros de la vegetación, se encontraban grandes antenas, que, según fue explicado, emiten radiación dañina a personas, animales y flora, “Para las personas que viven cerca de estaciones base de telefonía móvil, se han observado efectos en neurotransmisores, linfocitos de sangre periférica con daño en el ADN, niveles de antioxidantes más bajos, disminución de la secreción salival, síntomas neuro-conductuales adversos y una mayor incidencia de cáncer”.
Formaciones geológicas impresionantes
Ya prosiguiendo en dirección sur por la cresta, se procedió al descenso hasta donde se encontraba un cauce de agua, seguramente lleno del líquido elemento en tiempo de lluvias, claro que las espinas de los cactus y arbustos hicieron lo suyo respecto a quienes no llevábamos guantes. También pudimos apreciar sitios de donde conjeturamos que procedían vertientes.
Por el sitio evidenciamos la existencia de cabañas de loteadores hechas de calamina y cuyo principal síntoma de existencia es la gran cantidad de basura que rodea esos lugares, alambrados que cierran el libre acceso por las vías del sector y desde luego, escombros de construcción.
Nuevamente procedimos a subir y en el trayecto apreciamos formaciones geológicas realmente impactantes, obeliscos de piedra y tierra, algunos que semejaban rostros humanos, todo ello en medio de un panorama en el que había algunos árboles que nos regalaron con su sombra y al fondo, cerros de colores: rojizo, amarillento, blancuzco…las diferentes capas de tierra, todo bajo un cielo azulado con algunas nubecillas.
Para acceder al lugar fue preciso atravesar por unos túneles de cemento que fueron construidos para el paso del agua, pero, en cualquier caso, el tránsito y subida por el lugar, no fue precisamente fácil, aunque sí divertido y matizado de historias de terror. Sin embargo, una vez que se llegó al sector arbóreo, fue posible meditar escuchando a la naturaleza y al sonido del silencio.