Su aplicación es más que importante, es urgente, más aún cuando en ocasión del Día Mundial de la Alimentación el actual gobierno, mediante el DS 5212 2024, autoriza la libre importación de agrotóxicos afrentando a la salud de la población y de todos los seres vivos
La Paz, octubre de 2024 (ANA).- Coincidiendo en señalar a la agroecología como una estrategia nacional orientada a una alimentación sana y una vida en armonía con la Madre Tierra, decenas de organizaciones que de desempeñan en el rubro acudieron al encuentro Nacional “Análisis de la Línea Base: fase de comercialización y mercado, enmarcada en el marco de la formulación de las tácticas nacionales de agroecología.
Las premisas del evento auspiciado por el ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MRDT) consideran que el derecho a la alimentación significa que los alimentos deben ser adecuados, estar disponibles y ser accesibles para todos, en cuanto a que ello viene a ser un derecho humano jurídicamente vinculante en el derecho internacional, consagrado en el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC 1966) ratificado por 171 países.
Ello se dio precisamente en el mes en el que a nivel mundial se conmemora el Día de la Alimentación cuyo lema de este 2024 es «Derecho a los alimentos para una vida y futuro mejores», el cual fue proclamado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) desde el 16 de octubre de 1979 y cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición de los grupos vulnerables y la pobreza.Todo ello se dio en medio de un contexto en el que la Amazonia y la Chiquitanía bolivianas, además de otros sectores de gran importancia ecológica, están siendo arrasados por los incendios premeditadamente provocados, tal como sucede en el norte de La Paz, específicamente en Ixiamas, en pleno parque Nacional Madidi, lo que torna a la aplicación de la agroecología no solo como algo necesario, sino urgente.
Restringir alimentos provenientes de sitios incendiados
Al respecto, Rita Saavedra, representante del colectivo “Consumidores Conscientes” además de otras organizaciones similares, hizo referencia a todo ello, lamentando que Bolivia, así como otros países del área, vengan sufriendo incendios que además de acabar con los bosques, cultivos ecológicos y la biodiversidad, provocan sequías, desecan los acuíferos y causan severos daños a la tierra, entre otras graves afectaciones, así como decretos gubernamentales que autorizan la importación de agrotóxicos (DS Veneno 5212).
“Desgraciadamente los consumidores no tenemos mucho que celebrar en el Día Mundial de la Alimentación, porque a nombre de las problemáticas alimentarias que existen, seguimos devastando nuestro medio ambiente, un claro ejemplo es lo que está pasando con los incendios de La Paz, que están promoviendo una devastación de nuestro ecosistema a nombre de los derechos de los consumidores y del ‘derecho a la devastación’”.
La representante señaló que en ocasión del encuentro están como consumidores y aliados a productores y transformadores agroecológicos incidiendo para que el Estado establezca una estrategia nacional de agroecología, a tiempo de intentar que esa solicitud que proviene de la sociedad civil relativa de resguardar los derechos de los consumidores a una alimentación y medioambiente sanos, al agua limpia y segura sean considerados por as instancias de decisión para promover un sistema alimentario de esas características.
“Si el Día Mundial de la Alimentación sigue vinculado a esa alimentación tradicional que está devastando nuestro medioambiente, no tiene futuro, hablamos de alimentación sostenible y lo sostenible está dado por la agroecología. Ahora nos toca hacer incidencia a través de nuestra presencia crítica y combativa con respecto a la agroecología como un sistema alternativo al actual sistema tóxico-transgénico-incendiario”.
Inclusive, Saavedra, en una de sus intervenciones, llamó a las autoridades a no permitir que los alimentos a ser consumidos, provengan de sitios arrasados por los incendios, permitiendo que los consumidores conozcan con precisión el sitio de procedencia de lo que van a comer, restringiendo el consumo de todos los productos procedentes de esos sitios devastados, dentro de un proceso denominado como de trazabiidad y georreferenciación (seguimiento a todas las etapas de un producto hasta llegar al consumidor).
“No quisiéramos -por ejemplo- que el cambio de uso de suelo del Beni que está cambiando de lo forestal a lo ganadero, se nos mande carne del Beni, que sabemos es uno de los departamentos que se ha quemado junto a Santa Cruz; no quisiéramos más ya aceite FINO que es promotor de los transgénicos, promotor de los agrotóxicos y que también está ampliando su frontera agrícola a partir de los incendios; no quisiéramos alimentos que provengan de pequeños productores por muy interculturales que sean que estén fomentando el uso de transgénicos, agrotóxicos (…) por ejemplo ya hay mecanismos de la Unión Europea para restringir alimentos que provengan de la deforestación…”
Turismo agroecológico
Otra de las participantes del evento, Katherine Fernández, de la red agroturística Polinizar, también se pronunció en el encuentro, al respecto cabe recordar que el agroturismo es considerado como la prestación de servicios turísticos de alojamiento y restauración por parte de personas agricultoras en sus viviendas e integrados en una explotación agraria, el cual entre sus actividades cuenta con visitas didácticas a granjas, cuidado de animales, rutas gastronómicas, talleres para crear huertos ecológicos, deportes al aire libre, elaboración de alimentos y otras.
“La agroecología está surgiendo como un término para designar justamente la agricultura que practicaban nuestros abuelos en el campo y que se heredaba de generación en generación dentro de las familias agricultoras, entonces es un término que ha sido categorizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Naciones Unidas el año 2014, pero recién ahora es cuando se lo empieza a rescatar para poder trabajar, transversalizarlo; cuesta mucho porque en este momento la agroindustria y los modelos de monocultivo están copando el área productiva del país en términos de territorio, pero no en términos de consumo, porque el 80 por ciento de lo que consumimos justamente viene de la agricultura familiar, o sea la diversidad en verduras, granos, frutas, viene de la agricultura familiar, no de la agroindustria de monocultivos…”
La titular de la organización agroturística consideró que la agroindustria avasalla demasiado territorio empleando las quemas a fin de habilitar tierras para cultivo, sean las mismas antiguas o más precisamente para ampliar tierras agrícolas, por ello es que existe la obligación de la sociedad civil de apelar a la agroecología a fin de recuperar los cultivos tradicionales que producen alimentos sanos y no dañan el medio ambiente.
“Si bien en la agricultura familiar también existe el uso de insecticidas, de tecnología no apropiada, de fuego también, debemos concientizarnos mutuamente y asumir responsabilidades y acciones desde la producción y el consumo, es decir el productor tiene que recuperar la agroecología como método, pero también el consumidor tiene que ser un consumidor agroecológico, es decir comprometerse con el productor, o, el ciclo no a poder cerrarse para que sea posible una agroecología consistente”.
Fernández incidió en que el turismo responsable y la alimentación sana se deben combinar, pues en el diseño de las ofertas turísticas ya tendría que estar incorporada la visión agroecológica, por lo que todo en cuanto al comportamiento, la generación de residuos, la alimentación, el vestido, en general, todo lo relativo al consumo, debe ser de línea agroecológica, pues ese comportamiento debería ser transversal en todas las acciones que se realizan, no solamente la alimentación.
“…si hay un emprendimiento nuevo para hospedaje, no sea pues, sobre todo en el área rural, no sea ladrillo, cemento, todo lo convencional, sino utilizar materiales sanos, materiales vivos como el adobe que permitan relacionarse con la naturaleza, pero además aislarse de lo convencional que es la ciudad, porque el turismo es ir a ver algo nuevo y si vamos a ver lo mismo que hay en la ciudad, entonces no hay ahí un turismo completo y mucho menos agroecológico”.