Antes la gente del lugar prefería consumir pescado del río, pues lo consideraban mejor, pero ahora con el problema de la contaminación con mercurio, prefieren hacerlo de criaderos
La Paz, marzo de 2024 (ANA).- La presencia de mercurio en los ríos que surcan Pando, como el Madre de Dios y otros, de acuerdo a versiones de pobladores de Cobija y zonas aledañas, es susceptible de causar males como Alzheimer, Parkinson y otros como el autismo en los niños, sin embargo una madre testifica que administrando a su hijo alimentación sana y libre de contaminantes logró su recuperación hasta en un 70%.
Como es sabido, los mineros auríferos utilizan mercurio, un metal líquido y pesado, para extraer oro de las rocas en las que se encuentra, pues este se adhiere al metal precioso. Hacen una amalgama que la calientan y así facilitan su separación de la roca, arena u otro material, así el mercurio se evapora y queda el oro, pero los desechos con mercurio son vaciados a las aguas del río.
Al respecto, Maritza Castro, una ciudadana que es madre de familia y reside en Cobija, Pando, testimonia que su niño adquirió el autismo a consecuencia de una vacuna que le fue administrada y que contenía mercurio, “hasta donde sé, bueno, a consecuencia de una vacuna que contiene mercurio le ha hecho efecto a él”.
En referencia a ello existen estudios que revelan que algunos procesos relacionados con una exposición al mercurio tuvieron efectos significativos en el autismo en niños de acuerdo con sus estilos de vida (Estilos de vida y autismo, Universidad Andina Simón Bolívar), en tanto que otros afirman lo contrario, que no habría relación entre el autismo y el mercurio (El mercurio no se relacionaría con el autismo, SAVALnet, Ciencia y Medicina).
La población se va enfermando
Castro también intervino en un encuentro Nacional de Consumidores Ecológicos que se desarrolló el reciente fin de semana en el espacio ecosocial “Armonía” situado en el municipio de Achocalla organizado por el Movimiento Agroecológico Boliviano (MAB) y el Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de La Paz (CMSA-Lpz) donde informó sobre el caso del niño afectado con mercurio.
En la oportunidad observó que los niños en Pando nacen normales, pero a medida que son víctimas de la contaminación provocada por alimentarse de peces del río y animales que beben de allí, entonces la población se va enfermando, pues inclusive consume esas aguas.
“Como el río está contaminándose con mercurio a base del oro que van sacando, hay mucha polución, los peces igual ya están enfermos, les salen como heridas, ya va brotándoles eso, imagínese si al pescado le va pasando eso estando dentro el agua y la gente que va consumiendo aparte de eso, agua igual de ahí y se van contaminando, les están dando Alzheimer, Parkinson, mucha gente enferma, de verdad, da tristeza ver eso”.
El autismo que comenzó a sufrir el hijo de Maritza hacía que prácticamente no hable, no oía bien, se asustaba por cualquier motivo, ni siquiera podía dormir por lo que muchas veces ella debía quedarse despierta toda la noche con su niño. La medicina convencional poco o nada podía hacer, pero ello no era motivo para resignarse, había que combatir esa enfermedad.
Alimentación sana, alternativa a los males
Entonces Maritza comenzó a administrar a su niño alimentación totalmente sana y natural, libre de químicos y contaminantes. Le preparaba leche de castaña, de harina de castaña que procesan los productores de allí, a ello adicionó el asaí en sus diferentes formas de preparación y con todas las vitaminas que posee; el zapallo sin ninguna sustancia que lo haga desarrollar artificialmente, ese que allí, en Pando, llaman “jokito”, conjuntamente a verduras y hortalizas libres de sustancias extrañas.
Tampoco se le dio al niño a consumir almidones como arroz y fideo, las ollas para preparar los alimentos eran de barro, quirúrgicas o de acero inoxidable. Ello también, comenta Maritza, fue aplicado exitosamente por otras madres cuyos hijos han logrado mejorar notablemente.
En el caso del niño de Maritza, el resultado no fue inmediato, sin embargo, el pequeño logró recuperarse del autismo entre un cincuenta a setenta por ciento, obteniendo como resultado un considerable avance respecto a su estado anterior, “y he aprendido con mi hijo a hacer cosas naturales sin usar arroz, digamos almidones que son perjudiciales, que dañan el estómago ni químicos”.
Ahora, ella pide a las autoridades, ya sean nacionales, departamentales o municipales, que adopten medidas para evitar contaminación en los ríos, en los ecosistemas del lugar; asimismo que desarrollen campañas educativas destinadas a orientar a la población sobre qué tipo de alimentos son mejores para la salud, y desde luego, a que puedan superar los males que les sobrevienen, tanto a niños como adultos.