Según el más reciente informe de Circle Economy, publicado en enero de 2025 y destacado por The Guardian, la tasa global de reciclaje ha caído por octavo año consecutivo, situándose en apenas un 6,9% del total de materiales utilizados.
La Paz, 16 mayo (ANA).- Cada 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una fecha clave para reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y la forma en que gestionamos los residuos. Sin embargo, lejos de ser una jornada de celebración, los últimos informes internacionales dibujan un panorama preocupante: el reciclaje a nivel global está en franco retroceso, mientras la generación de residuos sigue en aumento.
Según el más reciente informe de Circle Economy, publicado en enero de 2025 y destacado por The Guardian, la tasa global de reciclaje ha caído por octavo año consecutivo, situándose en apenas un 6,9% del total de materiales utilizados. En otras palabras, de los más de 106.000 millones de toneladas de recursos extraídos cada año, menos del 7% proviene de materiales reciclados. Este dato no solo revela una crisis en la gestión de residuos, sino también una dependencia creciente de recursos vírgenes, que agudiza la presión sobre el medio ambiente.
El informe también advierte que incluso si se reciclara perfectamente todo el material posible, solo se podría suplir el 25% de la demanda global. Esto pone en evidencia un punto crítico: el reciclaje, por sí solo, no basta. Se necesita una transformación profunda en nuestros modelos de producción y consumo, priorizando la reducción, la reutilización y la economía circular.
Uno de los materiales más problemáticos es el plástico. Según datos recopilados por EcoWatch, la tasa de reciclaje global de plásticos se mantiene estancada en un 9%. En Estados Unidos, la cifra es aún más desalentadora, con solo el 5% de los plásticos reciclados. A pesar de las campañas y avances tecnológicos, la mayoría del plástico sigue produciéndose a partir de combustibles fósiles, lo que no solo genera más residuos, sino que contribuye significativamente al cambio climático.
La situación se agrava cuando se considera que la demanda global de plásticos se ha cuadruplicado en las últimas décadas, y se espera que se duplique nuevamente para 2050. Este crecimiento exponencial amenaza con saturar los sistemas de reciclaje, contaminar océanos, y poner en riesgo la salud de millones de personas a través de la exposición a microplásticos y sustancias químicas.
Ante este escenario, el Día Mundial del Reciclaje no debe limitarse a gestos simbólicos. Es una oportunidad para exigir acciones concretas: políticas públicas más estrictas, innovación tecnológica para mejorar el reciclaje, y sobre todo, un compromiso ciudadano real con la reducción del consumo y la correcta separación de residuos.
El reciclaje sigue siendo una herramienta vital, pero debe formar parte de una estrategia más amplia, enfocada en vivir de forma más sostenible. Porque reciclar no es solo una acción individual: es una declaración de principios sobre el futuro que queremos para nuestro planeta.
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