Fortalecer las capacidades de líderes jóvenes que puedan ser parte de foros multilaterales es adonde apunta este proceso formativo.
La Paz, 29 mayo (ANA).- Orientado a formar a treinta jóvenes en habilidades y conocimientos de diplomacia y política climática, fue lanzado en Bolivia el primer diplomado de alto nivel en diplomacia climática por la organización juvenil Graha by Propacha, la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), en alianza con la Universidad Andina Simón Bolívar, UNICEF y Save the Children y financiado por la Cooperación Española – AECID.
El lanzamiento que se efectuó a comienzos de esta semana en instalaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés) situadas en la zona sur de la ciudad de La Paz ofreció un diplomado virtual que tendrá una duración de seis meses.
Justicia climática y gobernanza

El curso contempla módulos especializados en diplomacia ambiental, negociación internacional, finanzas, técnicas de negociación multilateral, entre otros, bajo un enfoque de justicia climática y gobernanza, así como espacios prácticos que incluyen conversatorios, simulacros de negociación y diálogos con actores destacados de la región.
La justicia climática se enfoca en proteger a las personas y comunidades más vulnerables, aquellas que sufren más los impactos del cambio climático.
Fortalecer las capacidades de líderes jóvenes que puedan ser parte de foros multilaterales es adonde apunta este proceso formativo, en dicho espacio se pretenderá promover la conformación de una delegación boliviana para que participe en la trigésima versión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 30) que se efectuará el mes de noviembre de este año en Belém do Pará, Brasil.
Si bien existen premisas para que la juventud actúe contra el cambio climático provocado por las acciones humanas, apuntando las primeras a cuidar el agua, reducir la huella de carbono, una alimentación sostenible, apoyar el uso de energías alternativas y moverse con menos emisiones tóxicas, entre otras, ello implica el compromiso de afrontar serios intereses de poder político y económico a escala local y mundial.
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