En Santa Cruz, al ir de noche con 15 colmenas en una camioneta, apicultores tropezaron con un bloqueo de caminos. Ello podía causar que, las abejas mueran, entonces se bajó una de las apicultoras y advirtió a los bloqueadores con soltar unas colmenas si no les daban paso.
La Paz,25 septiembre (ANA).- Las acciones humanas intransigentes así como aquellas que solo realizadas por intereses económicos a costa de la biodiversidad y la naturaleza, provocan enormes daños al medio ambiente y a los ecosistemas. Uno de ellos son los incendios forestales que además de las quemas, mediante la humareda que provocan, dañan a los colmenares de abejas.
Y es que los incendios forestales impactan gravemente a las abejas al destruir sus hábitats, causar estrés por calor y humo, y eliminar fuentes de alimento como árboles, flores, acuíferos y arbustos, lo que puede llevar a la muerte de colonias y al colapso de apiarios, además de afectar la producción de miel y la polinización de cultivos.
En ocasión de la realización del Encuentro Nacional de Consumidores/as Agroecológicos realizado el fin de semana en la ciudad de La Paz, fue posible consultar sobre este relevante aspecto con Camila Tora, apicultora cruceña, parte de la Comunidad Agroecológica Boliviana (CAB) y que tiene su apiario junto a su familia en la región de la Chiquitanía (San Antonio del Lomerío, Comunidad Las Mangas).
“Las abejas no salen de sus colmenas cuando sienten el humo, más bien ellas se resguardan y consumen el alimento que tienen en la colmena, entonces, cuando a veces el humo es demasiado prolongado, llega a durar dos, tres semanas, a veces se extiende mucho más, ellas consumen todo lo que hay y quedan dentro de sus colmenas hasta llegar a morir”, comentó la apicultora.
Fuego, zonas húmedas, secas y densidad de la miel

Se dan inclusive casos, que son los peores, en que el fuego alcanza a los sitios donde están las colmenas, los apiarios, y en virtud a que las cajas y todos los implementos respectivos, como los marcos, son de madera, consecuentemente terminan consumidos por las llamas, incluidas las abejas, quienes ya no tienen posibilidades de huir y perecen dentro.
Es necesario recordar que muchas áreas protegidas -tanto nacionales como municipales- son muy importantes para la apicultura, el Parque Nacional Cotapata en La Paz, el Parque Nacional Iñao en Chuquisaca, el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Tariquía en Tarija, así como la Reserva de Vida Silvestre Manuripi en Pando y la Reserva de la Biosfera Estación Biológica del Beni, entre otras, como la Reserva de Vida Silvestre Tucabaca en Santa Cruz.
Y todo eso porque ello permite el desarrollo económico de comunidades locales, la conservación de la biodiversidad y la mejora de los ecosistemas a través de la polinización, sin embargo, los bosques, los acuíferos y las áreas verdes en general son amenazados por la agroindustria y desde luego, los incendios forestales que intencionalmente provocan intereses de grupos de poder.
Camila posee en su apiario, conjuntamente a las colmenas de su padre, aproximadamente cuarenta panales, ella explica que en las mejores épocas “donde hay flujo”, pueden vivir hasta diez mil abejas en una colmena, pero cuando ello no es así y la abeja reina deja de poner huevos “poner postura”, a pesar de eso es posible contar con hasta tres mil ejemplares.
“Cuando están en zonas húmedas la miel es mucho más clara y menos densa y en zonas más secas la miel es mucho más densa y más oscura”, expuso la apicultora, quien dio a entender que no es bueno mezclar mieles de diferentes temporadas, en cuanto a que la permanencia de las flores es solamente de unos pocos meses, en los mejores casos, misma que equivale a una cosecha de néctar; pero, cuando ello sucede en otra zona la diferencia, tanto en el sabor como en la textura, suele ser más notoria.
Cómo despejar un bloqueo de caminos
En otro orden de cosas, aunque siempre relacionada a la apicultura, Camila narró una interesante anécdota relacionada a cómo lograron atravesar un bloqueo de caminos, cuando en un vehículo transportaban colmenas con abejas, haciendo que los bloqueadores, aunque enfadados, deban levantar los obstáculos de la carretera para que pase la camioneta en la que viajaban los apicultores llevando a las abejas.
Especificó además que el traslado de las abejas debe ser realizado en horas de la noche, ello debido a que estos insectos himenópteros retornan a sus colmenas luego de que durante el día salieron en búsqueda de agua y flores, lo que amerita que los apicultores deban esperar hasta la noche para reunir a las abejas en sus colmenas, cerrar las puertas de los panales (piqueras) y luego atar todos ellos para poderlas trasladar.
“Y justo nos tocó un bloqueo y sí, Santa Cruz es una zona muy caliente, el sol es ya excesivo y llega a un punto en que puede derretir inclusive al estar en las colmenas, derrite la cera y nos tocó el bloqueo y no teníamos cómo pasar, y yo lo que hice fue…«cómo vamos a hacer», ni tampoco nos ha dado para desviarnos por otro lado por el tema del tiempo, nos iba a amanecer, nos iba a llegar el sol y yo le digo a mi papá: «y si les decimos que les vamos a bajar una colmena ahí, ¿será que nos dan paso?», -no, pero no creo-. «yo me bajo, me bajo con el traje (protector) y a ver qué pasa».“Entonces me bajé con el traje y les digo: «saben qué, no me pueden perjudicar así. Yo tengo toda la camioneta cargada de abejas y si no quieren, bueno, ni modo, las soltaré aquí a mis abejas, puedo bajarme una colmena y abro la tapa y listo…ya veremos qué pasa», -¡no, pero, señorita, cómo van a hacer eso-, no, señora -me dijo., y yo le digo, «sí, mueva este auto, mueva este otro, y pongo yo la camioneta, un 4×4, y por sobre un montón de tierra paso, si no, yo bajo mis colmenas acá», -¡ah, ya, a ver, espere», y trataron de mover unos troncos todos y como que puso mi papá la camioneta y pasamos. Esas veces teníamos quince colmenas, estábamos muy pesaditos”.
/ANA/