Eso pone en serio riesgo la estabilidad ecológica y las fuentes de agua de todo el sector, inclusive una comunidad indígena del lugar no habría sido censada porque se opone al avance de las empresas petroleras
La Paz, abril de 2024.- El proyecto hidrocarburífero Churumas comprende al menos la perforación de dos pozos: Churumas X3 y Churumas X4, además de la instalación de toda la infraestructura que ello amerita y que daría pie al desarrollo de nuevos proyectos semejantes, con todas las consecuencias que ello conlleva como la contaminación y extinción misma de las fuentes de agua del lugar.
El bloque Churumas se encuentra en el marco de una concesión que se sitúa en la zona de uso moderado al interior de la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía, en el sureste del departamento de Tarija (Prov. Arce) y se anunció que en el pozo Churumas X2, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) descubrió 230 billones de pies cúbicos de gas.
“¿Cuál es el problema aquí?, el problema es que la consolidación de estos proyectos (Churumas X3 y X4) es fruto de una presión, de una imposición que se viene dando desde hace muchos años sobreponiéndose a las decisiones de las comunidades de Tariquía, además de las mismas normativas”, aseguró Jorge Campanini, investigador especializado en temas hidrocarburíferos y energéticos del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib).
Asegurar disponibilidad de agua dulce
Uno de los objetivos de creación de la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía le asigna un rol sustancial en la producción y purificación del agua de los ríos Bermejo y Grande de Tarija, pues preservando las áreas boscosas y los sistemas acuáticos en el marco de los límites protegidos, “se asegura la disponibilidad de agua dulce, tanto para el uso humano como para mantener el equilibrio de los ecosistemas acuáticos y terrestres” (Global National Parks, Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía).
Esta área protegida nacional que cuenta con más de 286 mil hectáreas, fue consolidada bajo la ley 1328 del 23 de abril de 1992, considerando entre otra de sus metas constituirse en un “fondo ecológico” que ayude a mantener la estabilidad del ecosistema y los servicios ambientales que proporciona, como regulación del clima local, protección contra inundaciones y deslizamientos de tierra y mitigar los efectos del cambio climático.
Y es allí donde apunta uno de los cuestionamientos a la expansión de labores hidrocarburíferas en el lugar, “ha disminuido en realidad el área núcleo o el área corazón de Tariquía, y ha puesto una zona donde tampoco pueden hacerse actividades vinculadas a la extracción según el reglamento de áreas protegidas”, subrayó el especialista consultado.
“No somos comunidad fantasma”
De acuerdo a testimonios de los comunarios de Tariquía, la jornada del censo Nacional de Población y Vivienda 2024 realizado el sábado 23 de marzo fue caótica porque hubo comunidades que no llegaron a ser censadas e inclusive personas que no pertenecían a determinadas comunidades se hicieron censar allí como si fueran parte de ellas, según testimonió la representante de la comunidad indígena de Churuma, Viviana Ibarra:
“Cuando yo lo pedí en realidad a la licenciada (funcionaria del Instituto Nacional de Estadística INE) «¿por qué no me han puesto el número de segmento?», que eso hacía conocer que cómo era lo que marcaba Cajón y lo que marcaba Churuma y Urucurenda, entonces ella agarró, no me quería mostrar, me decía que no hay, que Churuma no existe y todas esas cosas”.
Siempre siguiendo el testimonio de la representante indígena, las comunidades indígenas del lugar, en este caso Churuma, son comunidades plenamente existentes porque además de estar instaladas con sus viviendas en el área, viven allí y también son víctimas de todas las insuficiencias, la falta de agua, el calor excesivo y la contaminación que se registra allí.
“Nosotros no somos comunidad fantasma y que no queremos organizarnos solo por proyectos petroleros; respondo: de acuerdo a la normativa petrolera, los acuerdos se hacen antes que el proyecto, y que el proyecto ya está en ejecución, y que a nosotros nunca nos interesó agarrar la plata y ser monitores ambientales asalariados de una empresa petrolera”, enfatizó Viviana Ibarra, quien pidió que la reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía se respete.
La intención es clara
De la misma manera, otra comunidad de sector, la comunidad de San Antonio tampoco habría sido censada, de acuerdo a denuncia de Maclovia Velasco, secretaria general de dicha comunidad:
“Quiero aclarar que ahora mi comunidad no se ha censado gracias a quienes han interrumpido, ahora mi comunidad se ha quedado sin censar más del 80% de las personas que vivimos ahí, solo se han censado quienes han apoyado a intereses oscuros y las demás personas ya no se han censado hasta el momento hasta el último momento en que hemos esperado, todavía eran tres días en el campo, pero no ha sucedido nada, así han vulnerado nuestros derechos como campesinos”.
Corroborando ello, Jorge Campanini observó que con respecto a la realización del censo Nacional de Población y Vivienda 2024, hubo muchas interrogantes cómo el motivo por el cuál personal de la empresa se trasladó ese día allí generando conflicto, cuál fue el poder o la influencia con el que procedieron de esa manera:
“Bueno la intención era clara, pero con qué poder han podido moverse hasta allá con la finalidad justamente de perturbar una actividad de interés nacional como es el censo para mantener una forma de status quo que beneficie al sector petrolero como tal, entonces eso es bastante criticable”.
(v. “Habrían nominado a otros censistas en desmedro de reserva nacional Tariquía”, ANA, 25 de marzo de 2024)