“Cada residuo orgánico que mandamos al relleno sanitario contiene agua, y así perdemos agua y agua es lo que más necesita nuestra ciudad, por tanto, como ciudadanos si tenemos un manejo adecuado podemos recuperar esta agua, podemos revitalizar la ciudad también…”
La Paz, enero de 2024 (ANA).- Desechar los residuos orgánicos equivale a una gran pérdida de abono y agua, cuando estos podrían ser aprovechados para fertilizar cultivos en vez de ser abandonados en los contenedores de basura, esa fue la propuesta realizada por la red Polinizar en un seminario taller denominado “Si da vida, no es basura”.
Los residuos producidos por la ciudadanía del municipio de La Paz son desechados por estos en contenedores, los que a su vez son transportados en camiones especialmente acondicionados al relleno sanitario de Alpacoma, donde son vertidos para ser aplanados con tractores y cubiertos con capas de tierra.
Agua y abono
Sin embargo quienes disertaron, procedieron a indicar que si bien deben ser desechados allí residuos como plásticos, vidrios, metales y otros similares, ello no es adecuado para los residuos orgánicos, definidos como todos aquellos residuos de origen natural que pueden «echarse a perder» tales como las cáscaras de frutas o verduras, restos de comida, cascarones de huevo, pan, tortillas, filtros para café, bolsitas de té, heces de animales, lácteos (sin recipiente), huesos, semillas, flores, pasto y hojarasca.
“Los intentos que se tenían de industrializar los residuos plásticos, vidrios y metales fundamentalmente, han tenido algunas frustraciones porque el industrializarlos era muy costoso, muy caro, para volverlos materia prima, para que alguna empresa quiera comprarlos, para fabricar algo era muy caro, porque las empresas que van a reutilizarlos exigen calidad, exigen estándares mínimos y para cumplirlos, el municipio necesitaría hacer una inversión adicional”, reseñó Katherine Fernández, titular de la red Polinizar.
Al ser los residuos orgánicos biodegradables y estar naturalmente compuestos, tienen la propiedad de poder desintegrarse o degradarse rápidamente, transformándose en otra materia orgánica, lo que los hace ideales para la producción de abono orgánico, el cual resulta de la descomposición natural de la materia orgánica, beneficiando así con valiosos nutrientes a los suelos y consecuentemente, a las plantas que crecen en él, ya se trate de cultivos de alimentos o de otra naturaleza, como flores u otras especies decorativas.
De igual manera los residuos orgánicos poseen un gran porcentaje de agua que al ser desechados no es aprovechada, estimó Katherine Fernández, quien hizo énfasis en la importancia de recuperar este elemento vital.
“Cada desecho, cada residuo orgánico lo principal que mandamos eso al relleno sanitario, perdemos agua y agua es lo que más necesita nuestra ciudad, por tanto, como ciudadanos si tenemos un manejo adecuado podemos recuperar esta agua, podemos revitalizar la ciudad también y podemos hacer un tipo de circulación de nuestros residuos orgánicos para que vuelvan a nosotros y a las otras especies como los vitales elementos, agua y oxígeno.”
Huertos urbanos
Hay nada menos que una ley de huertos urbanos en el municipio de La Paz, se trata de la Ley Municipal 321 para la Promoción de Huertos Urbanos sancionada en septiembre de 2018 y que fue impulsada por la entonces concejal Kathia Salazar, normativa que inclusive cuenta con su reglamento respectivo, la misma que promueve el cuidado de la tierra y la mejora de la alimentación.
Recordemos que un huerto urbano es considerado como “espacios al aire libre o de interior destinados al cultivo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, plantas aromáticas o hierbas medicinales, entre otras variedades, a escala doméstica”.
Bajo ese entendido toda sub alcaldía debería disponer de espacios en su jurisdicción destinados a la creación de huertos urbanos a solicitud de los vecinos, tal como sucede en la zona de Següencoma Bajo o en San Antonio, entre otros. En otras palabras, se trata de espacios de tierra libres de escombros, edificaciones o materiales de construcción donde se pueden cultivar vegetales aprovechando además que los suelos del municipio paceño, en su generalidad, son aptos para este fin.
“Sí, esto ha nacido de la mirada que tuvimos en algún momento los concejales para que la gente pueda participar de manera activa y es más, se ha visto que hubo proyectos familiares, proyectos en algunas zonas de la ciudad como Fundación Alternativa que ya comenzó a trabajar en el ejercicio de poder generar huertos familiares, medicinales, donde la ley trata de que la gente pueda tener el derecho en el espacio municipal”, señaló Kathia Salazar, asesora técnica de la red Polinizar.
Cabe recordar que Miraflores fue el siglo pasado un sitio destinado a cultivos frutales, el área de la plaza del Estudiante también lo fue y hasta el día de hoy en algunos domicilios privados se producen frutas y también hortalizas.
“Por ejemplo, vas con tu familia a una subalcaldía, solicitas que te den el permiso de un lugar que se tenga que identificar como propiedad municipal, entonces la alcaldía tiene obviamente una tarea: ese lugar que es de nadie, tiene que tener un registro, a veces hemos visto que hay un descuido de hace mucho tiempo atrás, pero la demanda del vecino para decir «yo quiero trabajar, quiero hacer un huerto, voy a aportar a mi comunidad», le va obligar a la alcaldía, en este caso a la sub alcaldía porque es el directo administrador de un pequeño territorio”, detalló la ex concejal. (VLM)