Los sitios Ramsar son humedales y los mejor conservados se encuentran en áreas protegidas, algunos destacan por su importancia en el control biológico que regula la dinámica de las poblaciones y controlan las plagas y enfermedades, además del sustento que proporcionan a la biodiversidad.
La Paz, septiembre de 2021.- Bolivia cuenta con al menos ocho áreas protegidas de nivel nacional con sitios Ramsar: ellas son el Área Natural de Manejo Integrado San Matías (ANMI San Matías), Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis (PN ANMI Otuquis), Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa (RNFA EA), Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Kaa-Iya del Gran Chaco (PN ANMI Kaa-Iya del Gran Chaco), Reserva de la Biosfera Estación Biológica del Beni (RB EBB), Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba (ANMIN Apolobamba), Reserva Biológica Cordillera de Sama (RBCS) y Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Este reconocimiento internacional incrementa significativamente el valor de la preservación de dichas áreas protegidas pues al contener humedales su aporte a la vida en el planeta es mayor debidos a sus características hidrológicas. Es preciso remarcar que los datos relativos a las áreas protegidas con sitios Ramsar fueron proporcionados por la Dirección de Monitoreo Ambiental del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP).
Bolivia es el país con mayor superficie total de sitios Ramsar en el mundo, “la extensión global de los Sitios Ramsar alcanza a un total de 14,8 millones de hectáreas que corresponden al 13% del territorio nacional y convierten a Bolivia en el país con mayor extensión de humedales declarados de importancia internacional” [MMA y A, 2019)
Humedales y ecosistemas
Cabe recordar que un sitio Ramsar es un humedal de importancia nacional e internacional. La primera convención Ramsar, evento realizado en la ciudad iraní de Ramsar el año 1971 en aras de la conservación y uso racional de los humedales y a la cual Bolivia se adhirió en 1990, ratificándola por ley del 7 de mayo de 2002, aplica una definición amplia a estos ecosistemas, que abarca todos los lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas y bajos de marea, manglares y otras zonas costeras, arrecifes coralinos, y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales, embalses y salinas [www.ramsar.org, 2014].
De manera más específica, Bolivia considera como humedales “a los ambientes que conforman espacios de agua y tierra, que por procesos geológicos dieron origen a varios tipos de ecosistemas, incluyendo terrestres, cuya ecología está fuertemente influenciada por el agua y zonas de transición” [MMA y A, 2019].
Agua dulce, alimentos e interacciones entre flora y fauna
Si bien los humedales cuentan con distintas funciones ambientales, son altamente necesarios para la existencia de vida sobre la tierra por los múltiples beneficios y funciones ambientales que brindan como el suministro de agua dulce y alimentos; la regulación del clima, la contaminación y la erosión; sustento a la biodiversidad; formación del suelo; el control biológico (regulación de la dinámica de poblaciones, control de plagas y enfermedades), polinización y belleza paisajística, según permite comprender la Ley de la Madre Tierra [Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien, Ley 300/2012, Art.5].
En ese sentido, nuestro país considera respecto a los humedales que esos valores se enmarcan en funciones ambientales definidas como “el resultado de las interacciones entre las especies de flora y fauna de los ecosistemas, de la dinámica propia de los mismos, del espacio o ambiente físico (o abiótico) y de la energía solar” [Ibíd., en: MMAyA 2019].
Importancia de los humedales en nuestras áreas protegidas
Ubicada en el departamento de Potosí, Laguna Colorada es el primer sitio Ramsar boliviano así declarado en 1990. Más adelante, en 2009, Bolivia añadió el sitio Los Lípez, otro espacio de protección que recibe alrededor de 120 mil turistas al año [https://es.mongabay.com, 2017].
Por su parte, el sitio Los Lípez es todo un complejo de lagunas que afluyen al interior del territorio, sus aguas son salinas y alcalinas. Su avifauna está constituida por tres especies de flamencos y otras aves acuáticas, en el lugar nidifican regularmente los flamencos altoandinos, y también hay algunas especies amenazadas de aves como la gallareta cornuda. Caracterizado por un paisaje volcánico, el lugar es una zona semidesértica, vulnerable al cambio climático y con humedales geotérmicos subterráneos interconectados [Ibíd.].
Bañados del Izozog, Río Parapetí y Palmar de las Islas Salinas de San José son otros privilegiados humedales cuya conservación depende del fortalecimiento adecuado de las áreas protegidas bolivianas, considerando que aproximadamente el cincuenta por ciento de los sitios Ramsar en nuestro país se hallan en estos espacios privilegiados de conservación.
El aporte de los guardaparques, de las comunidades locales, autoridades y población en general cuidando estos sitios particulares es fundamental debido a que los humedales contribuyen a la economía y al desarrollo nacional por las innumerables funciones ecosistémicas que brindan como el suministro y la distribución de agua dulce superficial y subterránea con su consecuente aporte a la biodiversidad, agricultura y a la mitigación de los efectos nocivos ocasionados por el cambio climático [www.ramsar.org, 2016].
Es para destacar que los humedales bolivianos cuentan con una enorme biodiversidad: 131 especies de mamíferos, 568 de aves, 102 de reptiles, 62 de anfibios, 625 de peces y más de 1.000 especies de plantas. Entre estas especies se identifican las que son vulnerables, en peligro o en peligro crítico de extinción [Ibíd.].
Once sitios Ramsar en Bolivia
Entre lagos, lagunas, arroyos y cañones, en Bolivia se reconocen once sitios Ramsar: en la región andina y de valles mesotérmicos se tiene al lago Titicaca; el lago Poopó y Uru Uru (Oruro); Los Lípez (Potosí); la cuenca de Tajzara (Tarija); en la región amazónica y brasileño paranense se encuentran los ríos Yata, Matos y Blanco (Beni); en la región chaqueña se tiene a los Bañados del Izozog y Río Parapetí (Santa Cruz), Laguna Concepción (Santa Cruz), Palmar de las Islas y Salinas de San José (Santa Cruz) y, desde luego, el Pantanal boliviano (Santa Cruz).
Los humedales mejor conservados vendrían a ser el Palmar de las Islas y Salinas de San José (PN ANMI Kaa-Iya del Gran Chaco), los bañados de Izozog y Río Parapetí; asimismo se tiene en ese rango al Pantanal Boliviano en el PN y ANMI Otuquis y los Pantanos de San Matías en el ANMI San Matías, Los Lípez dentro de la RNFA Eduardo Avaroa y la Cuenca de Tajzara con el 26% de su extensión dentro de la Reserva Biológica de la Cordillera de Sama. El hecho de que los sitios se encuentren dentro de áreas protegidas de carácter nacional contribuye a un buen o muy buen estado de conservación [MMAyA, 2019].
Construcción de agendas comunes de movilización de recursos
En el ámbito de sus competencias el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) en coordinación con la Fundación para el Desarrollo del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (FUNDESNAP) y otros aliados estratégicos están construyendo agendas comunes para la movilización de recursos financieros y no financieros, destinados a optimizar el fortalecimiento, entre otros, de los cuerpos de protección y programas de conservación de humedales al interior de nuestras áreas protegidas de carácter nacional. Cabe destacar que Bolivia tiene un total de 14,8 millones de hectáreas de humedales, reconocidas por la Convención Ramsar debido a su importancia internacional, cuya relevancia para la sobrevivencia de toda forma de vida en la región es determinante.
Artículo producido en el marco del Proyecto “Fortaleciendo las Bases de Sostenibilidad Financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SNAP) para la Consolidación de Procesos de Conservación”, implementado por FUNDESNAP en coordinación con el SERNAP y bajo el patrocinio de la Fundación Gordon and Betty Moore.