Un ser endemoniado acosó a una mujer, combatió con un zorro andino y mató a varios miembros de una comunidad, sus huellas se encuentran grabadas en unas rocas del sector de Challana.
Foto principal: río en Guanay (Conservación Internacional)
La Paz, octubre de 2023 (ANA).- Si bien Guanay es conocido por ser un centro de actividad minera en extracción aurífera, también cuenta con atractivos sitios naturales e interesantes historias y tradiciones como la que nos narra Jeaneth Lipa, representante de Conservación Internacional en esa localidad: se trata de la historia de la lucha entre el zorro andino y el demonio.
Guanay es un municipio del norte paceño y juntamente a otros siete conforman la provincia Larecaja, su superficie es de más de 3400 km y más de 15 mil habitantes. Se encuentra a 230 kilómetros de la sede de Gobierno. Se puede llegar allí por carretera vía Cotapata, luego Caranavi y de allí pasar por Teoponte hasta llegar a Guanay y más al noroeste se encuentra Mapiri.
La historia relata una historia en la que un hombre se obsesiona con una mujer y se suscita en el cantón de San Juan de Challana, perteneciente al municipio de Guanay. Sin embargo, el acoso por parte del hombre hacia la mujer de la cual se obsesiona es tan intenso, que ella termina huyendo de la comunidad, “la historia en sí narra de un amorío, pero la mujer como tal no le correspondía, sin embargo, el hombre a tanta insistencia hizo mil cosas por la mujer, pero al final la mujer termina escapándose de la comunidad”.
La obsesión de un endemoniado
A raíz de ese amor obsesivo, el hombre empieza a actuar como endemoniado, como gritando enloquecido, de hecho, es considerado como víctima de una posesión diabólica, y el hombre empieza a actuar diferente, como si el demonio le hubiese entrado en su cuerpo, entonces va en busca de esa mujer río abajo, donde la señora era de pollera, muy agraciada y todo, y sin conocer el lugar va río abajo, entonces el hombre le persigue…”
Sin embargo existía otro ser que era protector de la comunidad, se trataba de un zorro andino que durante el día adquiría forma humana y en la noche la del animal, “pero también cuenta la historia que hay otro hombre que tenía el don o el poder de convertirse en el zorro andino, entonces él era como una protección en la comunidad, entonces él al ver esto lo que hace es perseguirle al hombre, el hombre prácticamente, el que estaba encaprichado con la mujer estaba como que con el demonio metido en su cuerpo y andaba como todo demonio, metiendo bulla, gritándole a la mujer…”
Frente a ello el hombre-zorro andino, quien poseía gran fuerza física, decide proteger a la mujer deteniendo al endemoniado que perseguía a la mujer y dejando grabada en una roca la huella de su mano en una roca para indicar que el acosador ponga alto a sus acciones, entonces por eso el zorro andino toma la decisión de proteger a la mujer y en una de las piedras grandes que está situada, una de las primeras piedras grandes que es al bajar el río, entonces él ahí le detiene al demonio, y le dice «¡Para, no le persigas más a la mujer, detente, basta!» y calca la mano, su mano ahí en la piedra”.
Pese a lograr detenerlo en primera instancia, la mujer continúa huyendo del acosador que termina convirtiéndola en roca para después ser alcanzado por el zorro andino con quien traba un feroz combate.
“Entonces más abajo, eso no fue suficiente para detenerle al demonio, el demonio sigue bajando, entonces así, más abajo, como unos quinientos, seiscientos metros, hay una piedra que no es mucho, bueno, es de menor tamaño que la primera piedra, pero ahí el demonio la agarra a la mujer, entonces le dice como todo: «si no vas a ser mía, no vas a ser de nadie», le agarra, le sostiene, y la mujer a tanta insistencia lucha por hacerse soltar, todo, pero el demonio se petrifica con la mujer y en esa piedra está calcada, bueno, se ve la imagen de una cholita, de una mujer, cholita, claramente”.
Huellas grabadas del combate
Ante la actitud del acosador, el zorro andino ataca al endemoniado y las huellas del combate quedaron grabadas en las piedras del sector, algo más abajo del primer encuentro.
“Y más abajo, de la piedra misma, más abajo, a los pies de la cholita hay como tipo garras, o sea las garras del demonio, como dicen ellos, porque, también se ve así como rascada la piedra y porque cuando el demonio le estaba ya agarrando a la mujer, dice que el zorro andino igual fue y ahí batalló con el demonio, por eso es de las garras, señales de la pelea, y en el lugar hay como que piedritas con huellas de manitos, huellas de la cara”.
Por su parte los comunarios, que temían al acosador, creyendo que este había sido eliminado, fueron a festejar al lugar del hecho entre bailes y zampoñadas, sin embargo, el ser endemoniado no había desaparecido, sino que estaba en ese sitio, siendo así que una vez estando los comunarios allá, los mató a todos. Ahora, en ese sitio, con mucha atención, se puede aún oír el sonido de los festejos y las zampoñadas.
“Entonces el demonio no había muerto, entonces decide eliminar a las personas que estaban bailando, festejando por su muerte y los mata a todos, por eso en cada 21 de junio que es el aniversario de allá, San Juan de Challana, se escucha en esas rocas zampoñadas, bailes se escucha. Entonces, la marca es San Juan de Challana, pero la comunidad es Challampaya”.