Pese a que mucha gente los quiere derribar, los árboles protegen esas vidas; en tanto el municipio, en nombre de auxiliar al barrio Amor de Dios, tumba sauces, molles, cactus y eucaliptos cubriéndolos además de piedras y escombros
Redacción y fotos por Vladimir Ledezma M.
La Paz, marzo de 2024 (ANA).- A menos de un día del miércoles 20 que se caracterizó por riadas, desbordes fluviales e intensas lluvias en la ciudad de La Paz, nos trasladamos a uno de los sectores más afectados en la zona sur, se trata del barrio Amor de Dios, que marca el fin de la zona de la Florida, el acceso a Aranjuez y el inicio del trayecto hacia Mallasa, Mallasilla y Río Abajo, en general.
Nada más llegar a las cercanías, junto al puente que, sobre la avenida Costanera, donde horas antes el río Huañajahuira, en una de sus crecidas llegó a desbordarse, algunas personas se tomaban fotografías en el lugar donde casi se escenificó una tragedia.
Tumbando y sepultando árboles

Ya junto al puente que da acceso al barrio Amor de Dios, nos esperaba una vecina de la zona y también activista ambiental, quien nos condujo por el lugar donde fue posible apreciar impresionantes escenas en las que los equipos mecanizados de la alcaldía paceña, a título de limpiar el río La Paz que se había desbordado en el sector llevando gran cantidad de material de arrastre, tumbó árboles para que ingresen las máquinas.
Así es, eran árboles cubiertos por piedras y otros que yacían derribados, inclusive cactus de procedencia mexicana semi sepultados entre las rocas que arrojaron directamente los operarios de las retroexcavadoras que operaban en el lugar, mientras que las especies vegetales clamaban mudas por un poco de compasión, por su derecho a la vida.

Y es que muchos de esos árboles, sauces, molles y eucaliptos, entre otros, así como el resto de la cobertura vegetal, si no sufrieron por la negligencia indolente de los operarios municipales, fueron arrancados de raíz por la fuerza de las aguas desbordadas porque su cauce, aguas arriba, fue debilitado e invadido.
Aires de río

Según lo que fue confirmado por la vecina que nos condujo por el área y, por supuesto, de acuerdo a lo que fue posible observar, gran parte del barrio Amor de Dios se encuentra en aires de río, de ese río, del río La Paz, que recibe las aguas de otro titán, el gran Choqueyapu, quien también es engrosado por el río Orkojahuira, pero ya a la altura de La Florida recibe las aguas del río Irpavi; después, por la Av. Costanera, las del Huañajahuira, que a su vez es alimentado por el río Achumani, entre otros.
“Estos loteadores han vendido a gente sin decirles la verdadera historia: que eran rellenos de río, por ejemplo, eso se ha dado en Amor de Dios, todo esto que está inundado son terrenos que han avasallado al río, cómo: cortando eucaliptos, cortando sauces y rellenando de piedras y cascajo, cosa que no es nada seguro”, observó Pilar Espinoza, vecina del lugar y también dirigente de la organización ambientalista Acción Ecológica.
Héroes de la naturaleza

Las escenas eran impresionantes, sectores que otrora estaban cubiertos de árboles habían desaparecido, nada se hizo por ellos, pese a las advertencias… nada… ahora eran árboles caídos con el ramaje extendido entre tierra, piedras y escombros.

Sin embargo, estos héroes de la naturaleza habían protegido las vidas de mucha gente del lugar, al impedir que el agua derribe sus casas, pese a que eran totalmente ilegales pues no era zona para edificar viviendas, pero la alcaldía de Mecapaca les dio autorización porque no la recibieron de la alcaldía paceña.
Sendero clausurado

Prácticamente, al final del primer sector de la zona Amor de Dios, se encontraba el acceso hacia el Sendero del Águila, mismo que estaba clausurado con un letrero que advertía del peligro, pues existía el riesgo de que se derrumben las rocas. Por esa vía, centenares de personas solían circular para ir o volver de y hacia el sector de Río Abajo, de Mallasa, de Mallasilla, inclusive de Achocalla.
En la cima fue posible, durante unos segundos, avistar dos grandes aves que sobrevolaban el lugar, seguramente águilas, pero nuestros reflejos no fueron lo suficientemente ágiles para activar la aplicación fotográfica del celular a fin de obtener imágenes de esas especies voladoras que dan su nombre a ese sendero precolombino.
Nobleza arbórea

Finalmente, al dirigirse hacia el sector del bosquecillo de Aranjuez, altura de donde comienza la ruta vehicular a Mallasa, fue posible contemplar cómo allí había viviendas en espacios loteados y con autorización del municipio mecapaqueño,
Sin embargo, la nobleza de los árboles que esas mismas personas buscan derribar, protegió valientemente las casas porque, pese a todo, se trataba de vidas humanas…y es que así es la naturaleza.
“Tomados del brazo”

Inclusive, fue sorprendente y muy sensible a la vez, ver en ese lugar a dos árboles unidos mediante una de sus ramas, sujetándose, “como tomados de los brazos”.
“…estos lugares, los lechos de río en la zona sur, en Irpavi, Achumani, esto (Amor de Dios), La Florida, el mismo bosquecillo de Cota Cota, la laguna, todo eso eran bosques de eucalipto y a la vez también los famosos sauces, los sauces eran todo el borde…”, puntualizó la presidenta de Acción Ecológica.
