Sandra Andrade Rivero*
Fue una movilización de alrededor de 30.000 mensajeros por la conservación del PN ANMI Cotapata y su potencialidad para el ecoturismo.
La Paz, junio de 2023 (ANA).- Una región movilizada, incluyendo la población citadina, junto a organizaciones muy diversas e incluso adversarias entre sí, se unieron motivadas por el interés de conocer y hacer conocer el valor e importancia de la conservación y sus potencialidades para el ecoturismo, de un área protegida desapercibida en el trayecto a los yungas, por donde diariamente pasan miles de pasajeros.
El Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (PN ANMI Cotapata), reconocido como una de las 36 regiones de mayor biodiversidad en el planeta y que pese a su reducido territorio (40.000 ha), alberga ecosistemas tan distintos entre sí, como la cordillera Real, con un relieve accidentado, profundos cañones y mesetas en las partes altas, en niveles altitudinal 1.000 a 5.900 msnm. Se distingue por su excepcional belleza escénica, de grandes nevados como el Mururata, glaciares y lagunas altoandinas, ríos torrentosos y caídas de agua que naturalmente dieron lugar a una excepcional biodiversidad de flora y fauna.
Y como complemento de este excepcional patrimonio natural que hizo a Cotapata merecedora de la condición de parque nacional, también en esta Area Protegida, perviven caminos precolombinos, que son parte del Qapac Ñan o Red Vial Andina, obra monumental reconocida por la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad, pues en comparación a los caminos del Imperio Romano, inclusive son superiores a estos, según cuentan los cronistas.
“(Los inkas) Para afirmar la expansión y dominio de los territorios conquistados, habilitaron una estratégica red vial dedicada a cohesionar y facilitar funciones administrativas del Estado. Aprovecharon los caminos pre-existentes, construyeron otros nuevos y organizaron el sistema vial de mayor longitud y eficacia en la América precolombina. Se estima que la longitud de esta red era de unos 40.000 km. Fue la infraestructura más comple ta, rápida y eficiente para el transporte, comunicaciones e interacción en América durante el siglo xv. Por su monumentalidad y magnificencia, el Camino Inka fue ya comparado por los españoles en el siglo xvi con el romano, porque no existía un sistema similar en Europa más que los residuos del camino romano. El camino andino fue llamado Qhapaq Ñan, que en la lengua quechua y puquina quiere decir «Camino del Señor». Ñan es quechua y significa «camino», mientras qhapaq es lengua puquina y denota «señor». Hyslop (1984) (Matos Ramiro, ,El gran camino Inka: construyendo un Imperio. Una exhibición sobre el Qhapaq Ñan en el Museo Nacional del Indígena Americano, Smithsonian Institution, Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino. https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68942017000200009).
Las cualidades expuestas, del PN ANMI-Cotapata hicieron de este espacio, el escenario perfecto para crear la idea del Chasquimaratón, evento concebido centralmente como una competencia pedestre inédita, a través de la cuál promocionar el Área, el valor de su biodiversidad, la importancia de su conservación y su potencialidad para el ecoturismo, como alternativa de aprovechamiento de la región de manera sustentable.
Y fueron parte de este proceso alrededor de 30 mil chasquis, participantes directos e indirectos del proyecto y que en lugar de ser portadores del mensaje del inka, se hicieron portavoces de las cualidades, las potencialidades y la importancia de la conservación del PN ANMI Cotapata. A seis años de su realización, queda la interrogante de conocer ¿Cuál es el recuerdo de la experiencia vivida y la expectativa de replicar el evento?
Una hazaña inédita, resultado de pasión, responsabilidad y compromiso con la vida

Para la realización del Chasquimaratón, se eligió como recorrido un camino precolombino, desconocido o al menos muy poco recorrido hasta ese momento; el camino Sillutinkara, que inicia a minutos de la Cumbre, en Unduavi y que se une con el conocido camino de Chucura o Choro en Sandillani, para llegar al Chairo, en la región yungueña, ceja de monte.
La primera vez que fuimos a realizar un reconocimiento del camino en agosto del 2015, iniciamos el trayecto muy cerca a la cumbre de los nevados, subiendo una cuesta escarpada en Unduavi, para luego atravesar un bosque encantado de árboles musgosos y un humedal al ingreso del PN ANMI Cotapata, previo a la apacheta, donde empezamos el abrupto descenso.
Con el entusiasmo y emoción que nos embargaba, atravesamos el trayecto entre naturaleza tupida, siguiendo a Teodoro Tórrez y Santos Mamani, Guardaparques designados por el SERNAP, quienes “machete en mano” abrían camino en el sendero de vegetación tupida que nos llevaba el río, para atravesar por un tronco movedizo y resbaloso, que hacía de puente improvisado sobre un rio de caudal que descendía de los nevados y corría presuroso.
Seguimos la ruta sin dar tregua al cansancio, ocupados en registrar las coordenadas y puntos de referencia en un bosque cerrado en el que la señal de telecomunicaciones era intermitente. De esa manera seguimos el recorrido descubriendo las condiciones de esta ruta, que en su recorrido ofrecía la emoción de la aventura, motivando a imaginar cómo diseñaríamos y ofreceríamos el reto del Chasquimaratón.
Talvez una locura, que cargada de pasión, compromiso por la conservación de la naturaleza, fue hecha realidad, con el apoyo de FUNDECO (Fundación para el Desarrollo de la Ecología) junto a un equipo técnico multidisciplinario, y con el apoyo de la CEPF (Critical Ecosystem Partnership Fund) a través de FUNDESNAP (Fundación para el Desarrollo del Sistema Nacional de Areas Protegidas). Seguidamente, como continuidad a los resultados logrados en el proceso, se obtuvo un apoyo adicional de la Embajada de Alemania, para complementar y superar los alcances inicialmente previstos en el Proyecto.
Desde la elaboración de la propuesta del proyecto el año 2015 hasta su aprobación el año 2016, transitamos por un proceso de vivencias intensas, con la seguridad de contar con actores sociales que apoyarían la singular propuesta en su etapa de implementación.
El director de FUNDECO (Fundación para el Desarrollo de la Ecología), Rubén Marín afirma que el “El Chasquimaratón, fue una propuesta pionera e innovadora, que en la práctica cumplió sus objetivos. Se mostró una forma diferente de aportar a la conservación abordada desde la mirada comunicacional propiciando actividades de movilización y de sensibilización con la población. En este caso, a través de un proyecto de enfoque comunicacional estratégico ambientalista construido junto a un equipo multidisciplinario, que permitió difundir la grandeza biológica que ostenta la región de Cotapata.”
Tras bambalinas la elaboración de salvaguardas para garantizar una cuidadosa organización, como el resguardo de la integridad de los participantes sin dejar de lado el cuidado del patrimonio natural y cultural el PN ANMI Cotapata

El evento planificado y organizado como resultado de varias expediciones y un arduo trabajo técnico logístico, tan inédito como el evento mismo, al margen del plan de organización de la competencia en sí, se cumplió con la elaboración de un plan de seguridad y de primeros auxilios junto a un plan de Resguardo del Patrimonio Cultural, que fueron aprobados e implementados de acuerdo a la normativa vigente.
Los mismos que establecían considerar hasta los mínimos detalle para asegurar el resguardo de la integridad de los deportistas, como el cuidado de cualquier daño al patrimonio para no alterar la capacidad de carga, y naturalmente, la prohibición estricta de dejar basura alguna en el trayecto. Se pasó la fase de los planes elaborados cuando las instancias técnicas respectivas los aprobaron, dando la luz verde para llevar adelante la hazaña.
Convocatoria, respuesta y experiencia de propuesta pionera para motivar el interés por el PN ANMI Cotapata

El Chasquimaratón publicitado a través de redes sociales motivó el interés a nivel local, regional, como internacional para los deportistas, la disciplina de la carrera de montaña o rail training en la maratón de exigencia extrema de 42 km de Chairo hasta Rio El Carmen – Chairo y estaba reservada sólo para un cupo de 45 deportistas de alto rendimiento, que permitió dar la oportunidad de participación de representantes locales, deportistas de diferentes regiones de Bolivia; Cochabamba, Santa Cruz, La Paz y del exterior del país que llegaron para protagonizar la prueba central del evento.
La expectativa generada en diversos aliados estratégicos, motivaron ampliar la convocatoria diseñando también rutas para modalidades de 9 km y de 16 km La más corta fue de 9 km entre Pacallo y Chairo, para escolares, y abierta a visitantes interesados, incluso con la opción de ser una caminata familiar en un recorrido de encanto singular. Quienes realizaron este recorrido corto, corriendo o quienes lo hicieron caminando y tomando fotografías, atravesaron una vía estrecha rodeada de vegetación, árboles frutales, escuchando el canto de las aves, apreciando coloridas mariposas multicolores, disfrutando del frescor las cascadas cristalinas.
Por su parte, la modalidad de 16 km fue pensada para los deportistas de menor experiencia que los participantes de la modalidad de 42 km, pero con una expectativa más exigente que los de la modalidad corta, por lo que llegaron a la famosa hacienda de Hanamura, el legendario japonés de Sandillani, y donde aguarda a los caminantes su legado plasmado en un jardín desde donde se puede admirar el entorno de montañas de tupido bosque yungueño. Sumados todos los participantes del Chasquimaratón, llegaron alrededor de 300 deportistas, al margen de acompañantes, familias y visitantes procedentes de diferentes sitios de la región que acudieron expectantes a la convocatoria.
Oportunidad para compartir

Wilmer Tellería, quien participó en la prueba de Chasquimaratón del Pioneros, que fue una prueba preliminar para verificar las condiciones técnicas del recorrido en octubre del 2016, también fue parte oficial en junio del 2017 y es representante del club deportivo Chasqui Runners, sobre su experiencia en el evento dijo que “Al margen de haber sido un desafío estimulante y privilegiado por las características del lugar y de la prueba, fue una oportunidad en la que pudimos compartir con la población, conocer un lugar maravilloso, pero sobretodo nos enseñó la riqueza natural la misma que debemos conservar, concientizar a nuestras generación de estas riquezas naturales que tenemos en nuestro planeta”.
Por su parte, para los comunarios, la competencia para la cual se prepararon anteladamente con talleres de capacitación en primeros auxilios, educación ambiental, ecoturismo, hotelería y manipulación de alimentos, entre otros, así como la conformación de comisiones de apoyo, realzaron la experiencia vivida en una jornada excepcionalmente festiva, llena de música y colorido ofrecida a los cientos de visitantes que en general llegaron con un día de anticipación.
El impacto logrado por el evento en la economía local fue notable, reconociendo que se trató de la primera vez que se recibió a tanta gente y que implicó la habilitación de albergues en el Chairo. Se vivió una fiesta de plena de alegría y hospitalidad, organizada por los comunarios y las organizaciones de base, en la que a diferencia de las fiestas tradicionales, no circuló alcohol, ni se dejó basura desperdigada. Oportunamente se estableció la disposición de residuos sólidos, que evite afectar el ambiente.
Guardaparques, protagonistas fundamentales del Chasquimaratón

Santos Mamani, jefe de Guardaparques recuerda “Nosotros fuimos parte del Chasquimaratón desde un principio, desde la organización del evento y acompañamos en todas las actividades realizadas con un año de anticipación, como las varias caminatas realizadas por el equipo técnico que recorrió el Sillutincara, en la coordinación y la realización de talleres con transportistas, con colegios, organizaciones de base, etc. Fue un tiempo de esfuerzo, pero también de satisfacción por saber que estábamos aportando en el fortalecimiento de la gestión de nuestra área”.
Y evidentemente, sin el concurso de los guardaparques, que siempre demostraron su compromiso y liderazgo, habiendo realizado tareas múltiples, de facilitación con los actores sociales locales, en el trabajo de campo; la reconstrucción del puente en medio camino, la supervisión y la colocación de señalización a lo largo del trayecto su apoyo en puestos de asistencia a los deportistas del Chasquimaratón, entre muchas otras tareas, el evento no hubiera sido posible.
Conglomerado de diversos actores sociales e instituciones, incluso de posiciones opuestas entre sí, dejaron sus diferencias y aunaron esfuerzos con un objetivo común

En el establecimiento de alianzas estratégicas se logró la adhesión de entidades gubernamentales, no gubernamentales, empresa privada, organizaciones sociales, rescatistas, entidades académicas, medios de comunicación, entre otros que sumaron más de una quincena y que desde sus respectivos roles e intereses aunaron esfuerzos en distintas etapas específicas para hacer posible el objetivo común que era el Chasquimaratón y las actividades complementarias, con el objetivo de coadyuvar en la conservación del PN ANMI Cotapata.
Participaron de distintas maneras en talleres y otras actividades de fortalecimiento de capacidades de habitantes locales en ser anfitriones, turismo comunitario, conservación y otros temas que atendieron expectativas de intereses de conocimiento obtenidos en un diagnóstico inicial.
Entre las actividades adicionales, y complementarias, se realizaron un Concurso de Fotografías ampliamente difundido, se realizaron jornadas de sensibilización en las terminales de y hacia Los Yungas, jornadas de información y sensibilización a caminantes de rutas precolombinas del PNANMI Cotapata, la producción y difusión de cuñas radiales de sensibilización.
También se produjeron y difundieron videos, cuñas de audio con un mensaje acorde con los imaginarios simbólicos de la región y el propósito del proyecto. Se trabajó desde una mirada comunicacional estratégica, que permitió llegar a diversos públicos a través de medios específicos con materiales audiovisuales, impresos difundidos en medios masivos, redes sociales y otros, articulando el mensaje de promover la sensibilización de la población hacia la valoración del patrimonio natural, cultural y servicios socioambientales que ostenta Cotapata.
Otros materiales promocionales para distinguir al equipo técnico y de apoyo fueron chalecos y poleras para los deportistas, poleras deportivas y medallas de competencia. El Chasquimaratón se posicionó con una identidad visual creada y el slogan, logrados tras un proceso ampliamente participativo, desde su concepción, pasando por la validación, hasta la producción final logró su distinción y creación de una personalidad. comunicacional que fue apropiada por la región y que hasta el presente permanece y se visibiliza el ANMI Cotapata y el Municipio de Coroico.

Raúl Pérez Albrecht, amigo y prestigioso comunicador ambiental, quien el momento de realización del Chasquimaratón, fue representante de la Agencia La Paz Maravillosa del Gobierno Municipal de La Paz, aliado clave, al evaluar el Chasquimaratón aseguró que “(El Chasquimaratón) fue una buena experiencia, pero se trata de un proceso que recién ha empezado y es necesario darle continuidad para que se consolide”.
Pero esa continuidad no sucedió. Deportistas, empresas, entidades y personas particulares que en su momento fueron parte de la realización del Chasquimaratón, aún hoy preguntan por qué no hubo continuidad de este evento que satisfizo y generó tanta expectativa.
Conversando al interior del equipo técnico, junto a Mirtha Velásquez y Heidy Mallea, ambas biólogas e investigadoras de la fundación para el Desarrollo de la Ecología (FUNDECO), sólo llegamos a la conclusión de que esta fue una experiencia en la que más allá de haber enfrentado dificultades, haber aprendido importantes lecciones, situaciones como la subestimación de la complejidad del relacionamiento con las organizaciones de base y el proceso que significa establecer las bases de la sostenibilidad, la influencia de intereses políticos, la ambigüedad de autoridades locales y la falta de voluntad política, entre otros factores, impidieron dar continuidad a la iniciativa del Chasquimaratón.
Y es que este evento, una experiencia demostrativa y pionera que ofreció la oportunidad de compatibilizar la conservación con la generación de ingresos por el ecoturismo. La experiencia lograda aguarda ser recuperada para institucionalizarse como referente del PN ANMI Cotapata, en particular y de la región yungueña en general, para que sus autoridades y los más diversos actores sociales locales, regionales y nacionales, rearticulen esta propuesta en favor de la conservación y la promoción de esta área protegida.
Pero, además queda la experiencia del Chasquimaratón como un evento alternativo que demostró la factibilidad de acercar a la población a las áreas protegidas de Bolivia, y que a través del deporte, del arte, así como de la música, se puedan generar propuestas semejantes que llamen la atención para invitar a la ciudadanía a conocer estos espacios a fin de empoderarse de estos sitios maravillosos que son propiedad de todos los bolivianos. Conservarlas y defenderlas, pasa por la experiencia de conocerlas, apreciarlas con los sentidos y vivirlas con el corazón.

A través de medios virtuales se alcanzó un total de 29.685 personas, 8.571 interactuaron con publicaciones 8.571 y se adhirieron casi 1.400 amigos de la página de Facebook, por lo que se considera haber alcanzado a total de 30.185 personas. Es así que se puede aseverar, que gracias a la promoción realizada al menos 15 mil personas, ya conocen sobre Cotapata y más de 20 mil personas reconocen la responsabilidad ciudadana de apoyar en su conservación.
Comunicadora Ambiental Estratégica, Integrante de Equipo Técnico FUNDECO *