La prensa nacional ha emitido alertas sobre presencia minera en Yanacachi a fin de prevenir a las autoridades para que no permitan ninguna incursión o avasallamiento de sectores cooperativistas
La Paz, marzo de 2024.- Mientras el camino precolombino del Takesi se mantiene libre y seguro de presencia minera dedicada a la explotación aurífera, gracias a la investigación de La Región, autoridades y población del municipio de Yanacachi en Sud Yungas se mantienen alertas ante cualquier eventualidad que atente contra ese patrimonio de la humanidad.
En los últimos días circuló una versión en redes sociales con la misma intención, prevenir, pero si bien no contaba con todos los datos en aquel momento, mediante la misma vía se aclaró que actualmente no existe presencia minera en la ruta precolombina del Takesi, enfatizando en que las personas pueden visitar con toda seguridad el lugar.
Al respecto, ANA consultó con Primitivo Quispe, “Don Primo”, quien se desempeña hace décadas, como administrador del albergue campesino “El Rosal” de Cacapi, que se encuentra en la ruta precolombina y brinda cobijo y servicios a los visitantes que recorren esa vía ancestral.
“Sí hay cooperativas auríferas en el municipio de Yanacachi, hay, pero están muy fuera de lo que es la ruta utilizada, la ruta del camino prehispánico Takesi, estamos hablando de las comunidades que estarían en el sector Puente Villa, más abajo de Yanacachi, en este caso no nos afecta a la ruta del Takesi”.
Por ahora no hay actividad minera aurífera
Paralelamente “Don Primo” reconoció que en caso de presencia de cooperativas auríferas en el sector del Takesi, aunque sea una sola, ello sería altamente dañino para la ruta y las comunidades del lugar, a tiempo de hacer hincapié en que se encuentran preparados para recibir a los visitantes esta Semana Santa, “actualmente no tenemos, gracias a Dios, ninguna actividad minera dentro la ruta, o sea en el curso de la ruta”.
Y en consonancia con ello, aunque varias semanas antes, la prensa nacional emitió una información referida a las concesiones mineras otorgadas por la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) en Yanacachi, que inclusive comprenderían el mismo pueblo, pues se habría cuadriculado todo ello en beneficio de las cooperativas mineras. (“Más de 100 mineras auríferas ponen en riesgo al precolombino municipio de Yanacachi en La Paz”, La Región, 4 de marzo de 2024).
Inclusive la misma publicación entrevistó a pobladores de varias comunidades del municipio, y uno de ellos testimonió que además de su casa, hasta las unidades educativas del lugar (Comunidad Chaco) fueron dadas en concesión. Ello cual sucedería también en la comunidad Florida, pero también en el mismo pueblo de Yanacachi, afectando hasta a la iglesia y otros sectores del lugar que ostentan edificaciones patrimoniales.
Es un delito dañar monumentos del patrimonio arqueológico
Gregorio Mamani, otros comunario del área, en referencia al tema también consideró los enormes perjuicios que podrían atraerles la presencia minera, inclusive agregó que quienes están presentes en el sector de Yanacachi no pertenecen siquiera a comunidades del lugar, sino son totalmente foráneos.
Recordemos que actos de esa naturaleza están sancionados por la legislación boliviana, pero específicamente la Ley de Minería y Metalurgia N° 535 veda actividades mineras en zonas de monumentos históricos y arqueológicos declarados por ley (Art. 93, inciso f, [Alcance de los Derechos Mineros]).
Paralelamente, la Ley 1333 del Medio Ambiente considera delito ambiental el deterioro de áreas semejantes al camino precolombino del Takesi: “Comete delito contra el medio ambiente quien infrinja el Art. 223 del Código Penal, cuando destruya, deteriore, sustraiga o exporte bienes pertinentes al dominio público, fuentes de riqueza, monumentos u objetos del patrimonio arqueológico, histórico o artístico nacional, incumpliendo en privación de libertad de uno a seis años”.
El artículo 223 del Código Penal (Destrucción o deterioro de bienes del Estado y la riqueza nacional) tipifica ese hecho como un delito contra la economía nacional: “El que destruyere, deteriorare, substrajere o exportare un bien perteneciente al dominio público, una fuente de riqueza, monumentos u objetos del Patrimonio Cultural Material Boliviano, incurrirá en privación de libertad de uno a seis años”.
Orientado a ser declarado el lugar como área protegida
El camino precolombino del Takesi, patrimonio de la humanidad es una ruta preincaica que inicia en las cercanías de Choquekota (4100 msnm), sube hasta el abra del Takesi (4600 msnm) y luego a la cima del cerro Takesi (más de 5000 msnm), desciende por un abra a la aldea de Takesi (+4100 m), después Cacapi y luego el desvío a la mina Chojlla: total, entre 28 km a 37 km de la ciudad de La Paz.
Es precisamente con respecto a este lugar que se abrieron perspectivas para que sea declarada área protegida (AP) nacional e inclusive, de nivel municipal. Inicialmente no hubo recepción favorable por parte de los comunarios del área, en cuanto a que no comprendieron suficientemente los beneficios y restricciones que ello implicaría, suscitando entre ellos una postura reacia sobre el particular.
“Sí, hubo una institución que entró al municipio como Natura, Natura que está siendo parte de las AP, entonces el sector Mururata desde antes se habían opuesto, yo mismo me opuse también a declararlo como una AP cuando se ha hecho el trabajo con Cotapata en ese mismo tiempo, por qué: porque era una imposición a las comunidades con normas de que nos prohibían el uso de suelos, de nuestros recursos naturales por esa situación”, reveló Primitivo Quispe.
Sin embargo, el administrador del albergue de Cacapi indicó que al día de hoy la situación es diferente, se ha analizado más detalladamente lo que ello implicaría, evidenciando que, según las normas vigentes, el hecho de ser área protegida no se contradice a permitir actividades turísticas y agrícolas en el área natural de manejo integrado comprendido entre las categorías del AP.
“Pero en este último han cambiado, hubo diferentes tipos de manejo porque tienen una reglamentación que condice con el área, con el uso de suelos de los agricultores para uso de la ganadería, o sea ya hay una planificación, es algo diferente a lo que hubo antes. Bueno, de cualquier manera, nuestras autoridades de la central están todavía celosas, algunos dirigentes de las comunidades, por ende, rechazaron la propuesta de declararlo como AP cuando incluso mi persona había propuesto que deberíamos analizar”.
Consecuentemente, el administrador relievó la importancia de que el lugar pueda ser declarado como área protegida, porque ello sería un factor de gran importancia para desanimar a cualquier instancia que pretenda efectuar trabajos mineros auríferos de carácter aluvial y de otra naturaleza en el lugar, en ese sentido, Quispe lamentó que no se continue avanzando en la declaratoria.
“Entonces eso todavía está latente, no han dado curso, pero esperamos que puedan razonar los dirigentes de las otras comunidades porque Caacapi estamos a la espera, no hemos rechazado, tampoco hemos dicho el sí, pero hemos tenido un análisis de cuáles son las normativas del manejo integrado, entonces estamos todavía en suspenso”, concluyó.