Durante la clausura del III Congreso Nacional Boliviano de Cambio Climático en Santa Cruz de la Sierra, se realizó una minuciosa evaluación del evento que tuvo lugar el 10 y 11 de agosto en las instalaciones de la Cámara de Industria y Comercio (CAINCO). El consenso unánime destaca la urgente necesidad de Bolivia de ampliar y fortificar sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.
Adita Montaño, Coordinadora del Programa Departamental de Cambio Climático del Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, presentó un resumen que resaltó la participación de hasta nueve países: Alemania, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Italia, Paraguay y Perú. Además, se contó con la colaboración de 52 organizaciones nacionales y la asistencia de más de mil personas durante las dos jornadas del congreso. Los ejes temáticos principales abordaron la importancia de los bosques y ecosistemas estratégicos para la producción de agua, los Beneficios No Relacionados con el Carbono (BNRC), cadenas de valor sostenibles y resilientes, y la creación de ciudades saludables y resistentes. También se examinaron asuntos relacionados con el financiamiento para la acción climática y la seguridad hídrica.
El evento recibió 70 propuestas de proyectos que contaron con el respaldo técnico de los denominados, Aceleradores Climáticos, con el objetivo de mejorar y orientar sus enfoques para participar en una ronda de financiamiento. Además, se establecieron 90 espacios de diálogo y se instalaron 17 stands en la Feria de Acción Climática y Seguridad Hídrica.
Una característica destacada de esta tercera edición del Congreso fue la participación de seis gobernaciones del país, con sus respectivas delegaciones de Beni, Chuquisaca, Cobija, Oruro, Tarija y Santa Cruz. Esta participación fue fortalecida por la presencia de Jason Gray, Director de Proyectos del Grupo de Trabajo de Gobernadores por el Clima y Bosques (GCF Task Force). Además, se contó con la presencia de los municipios de Cobija, Porongo, Uriondo y Santa Cruz de la Sierra, entre otros resaltando el compromiso de los gobiernos subnacionales para abordar soluciones ante los efectos del cambio climático.
Durante el panel de conclusiones, varios actores enfatizaron reflexiones importantes. Verónica Espíndola, Presidenta de la Central de Mujeres Indígenas del Beni, resaltó los graves efectos del cambio climático en los pueblos indígenas, especialmente en las mujeres que son fundamentales para sus familias. Hizo un llamado a que los esfuerzos institucionales lleguen a todas las comunidades indígenas.
Jordi Surkin, representante de WWF, destacó que los efectos del cambio climático ya son evidentes y afectarán a las generaciones futuras. Enfatizó la importancia de centrarse en soluciones concretas en lugar de solo identificar problemas, subrayando que la velocidad de las soluciones depende de la participación y el compromiso de todos.
Luis Baldomar, Director de Relaciones Institucionales de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, subrayó la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a través del desarrollo, la producción de alimentos responsables y la gestión sostenible de los bosques. Hizo hincapié en que superar la pobreza es el obstáculo principal en esta tarea.
Desde la Plataforma Boliviana para la Acción Climática, Mónica Curtiñez destacó el desafío que enfrentan los jóvenes al buscar apoyo para desarrollar sus ideas y propuestas. Subrayó la importancia de brindar oportunidades para respaldar estas iniciativas, considerando la urgencia de la emergencia climática que requiere la atención inmediata de todos.
Luzmila Arroyo, del Museo Noel Kempf y representante del ámbito académico, resaltó varias conclusiones relevantes. Mencionó la existencia de una amplia investigación que permite comprender los impactos de las actividades humanas en la toma de decisiones, así como el efecto de soluciones como la ganadería sostenible, acciones de conservación, meliponicultura (cría de abejas sin aguijón), servidumbres ecológicas y el aprovechamiento sostenible de recursos maderables y no maderables. Estos enfoques han demostrado resultados en menos de una década, por lo que es esencial considerar las proyecciones climáticas futuras al tomar decisiones sobre las prioridades de conservación.
Miriam Seemann, de GIZ, mencionó que los diferentes actores en los eventos del congreso han recibido y compartido conocimientos valiosos sobre cómo lograr una acción climática más efectiva, donde el agua y los bosques son centrales tanto para la vida como para la economía. Este congreso se ha convertido en un medio para articular y promover de manera interinstitucional e intersectorial las medidas y acciones planteadas a nivel nacional, y que se reflejan en el caso de Santa Cruz, en sus Estrategias de Cambio Climático y Seguridad Hídrica.
La agenda generada a través de los más de 90 espacios de discusión culminará en un documento que se utilizará para analizar y dar seguimiento a los avances del país en esta área. Los organizadores y representantes asistentes han determinado que el IV Congreso Nacional de Cambio Climático se llevará a cabo en la ciudad de Tarija en el año 2024.