Su alto valor nutricional y proteínico hace que estos frutos de áreas protegidas de la Amazonía boliviana sean altamente cotizados en mercados internacionales, situando a nuestro país entre los mayores exportadores de castaña y asaí. Las áreas protegidas nacionales del sector amazónico tienen un alto potencial productivo para el aprovechamiento sustentable de asaí, castaña y majo, convirtiéndose a su vez en una oportunidad económica para las comunidades locales y para la conservación de uno de los territorios más importantes, no solo de nuestro país sino del planeta.
La Paz, diciembre de 2021.- Áreas protegidas nacionales como la Reserva Nacional de Vida Silvestre Amazónica Manuripi (RNVSA Manuripi), el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Madidi (PN ANMI Madidi) y la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas (RB TCO Pilón Lajas) son el centro de la producción de estos frutos amazónicoscomo el asaí, la castaña, el majo, entre otros, y se constituyen en una alternativa de sostenibilidad económica, al ser productos nativos, y de gran aporte a la conservación de la Amazonía sin son manejadas de manera sostenible.
La producción, comercialización y consumo de productos provenientes de áreas protegidas contribuyen al fortalecimiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)
El aprovechamiento sostenible del asaí, la castaña y el majo es solo uno de los ejemplos de desarrollo productivo en las áreas protegidas, que no solamente es una oportunidad para la generación de ingresos económicos para las poblaciones indígena originario campesinas de tierras bajas, sino también un impulso al fortalecimiento del SNAP.
El Asaí entre los diez alimentos más nutritivos del mundo
El asaí es un fruto de palmera nativa, que debido a su alto contenido en grasa (como la palta y el aceite de oliva), en proteínas, vitamina A y minerales es considerado como uno de los diez alimentos más nutritivos del mundo, junto a la quinua, el jengibre, el cacao, la chía, entre otros, siendo ideal para deportistas, personas con altos niveles de estrés o que estén realizando dietas de adelgazamiento [Miguel Muñoz, 2021 (www.excelenciasgourmet.com)].
La palmera del asaí habita naturalmente en lugares con bastante humedad de los bosques tropicales de la Amazonía y se distribuye mundialmente desde Belice hasta Bolivia, y en nuestro país, desde el departamento de Pando hasta el norte cruceño. El tallo de la palmera llega a alcanzar los 25 metros de altura y cada una produce de dos a tres racimos de asaí y cada racimo produce hasta dos kilogramos de fruto (ABT, 2019).
Según el Plan de Manejo de la RNVSA Manuripi (2012): “El asaí es un producto con oportunidad de mercado, de acuerdo al estudio: Los usos del asaí, en las cinco comunidades de la Reserva del eje Curichón – Chive cuentan con un potencial de producción de 14.690 toneladas al año del fruto del asaí”.
De acuerdo a este Plan de Manejo, un proyecto de aprovechamiento de la pulpa de asaí podría recolectar 5.647 toneladas, es decir, una tercera parte del potencial productivo de esta zona para obtener 960 toneladas de pulpa de asaí que se comercializaría a 650 Bs. la tonelada, equivalente a 624.000 bolivianos anuales. Para ello se hace necesaria una inversión inicial de más de 3 millones de bolivianos que dará una tasa de retorno del 63,6% en 5 años y en 1 año y 27 días se lograría recuperar la inversión (Ibíd.).
El asaí ha sido desde siempre utilizado por los pueblos amazónicos, tanto para alimentarse, como para curar dolencias y enfermedades. En poblaciones de tierras bajas de Bolivia, Perú y Brasil se usa el aceite de este fruto para tratar la diarrea; las raíces suelen cocerse para elaborar una infusión contra las ictericias, y la infusión de las bayas de esta palmera ayuda a cicatrizar las heridas y úlceras de la piel. También se suele usar como remedio para la fiebre, la leishmaniasis, e incluso contra las picaduras de serpiente, además de tener propiedades antioxidantes [Carlos Aguilar 10/2021 (www.mujerdeelite.com/guia_de_alimentos/3398/acai)].
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura el asaí tiene entre 1,25% y 4,34% peso seco de proteína, entre 7,6% y 11% de grasas, entre 1% y 25% de azúcar, 0,050% de calcio, 0,0009% de hierro y 0,033 de fósforo, y su contenido calórico varía entre 88 a 265 calorías por cada 100 gramos de esta fruta [Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 2021].
Bolivia, primer exportador mundial de castaña
El árbol de la castaña (Bertholletia excelsa) es una especie no maderable de alto valor ecológico, cuya altura puede alcanzar a más de 50 metros. Produce semillas comestibles, las cuales se conocen como castaña amazónica o «Brazil Nuts», mismas que en el país son extraídas y exportadas en un 99% [Instituto Boliviano de Comercio Exterior IBCE, 2009].
“Cuando uno habla de castaña, uno ve los indicadores nacionales y ve realmente que estamos exportando más de 22 mil a 25 mil toneladas de castaña (…), ese volumen es impresionante, somos el primer país exportador mundial de castaña, tenemos el potencial de ser el primer exportador de asaí, por ejemplo”, resaltó Marcos Terán, experto en frutos amazónicos y Director Ejecutivo de la Asociación Boliviana para la Investigación y Conservación de Ecosistemas Andino Amazónicos (ACEAA).
Según la investigación “Castaña, condiciones laborales y medio ambiente”, realizada por (CIPCA, 2017), entre las cualidades que tiene la castaña están: un alto valor por unidad de peso, es un producto no perecedero, tiene una alta demanda en los mercados internacionales, genera la mayor parte del empleo de la región, su explotación no causa un impacto ambiental significativo en el bosque, cuando se maneja sosteniblemente, es considerado uno de los mejores alimentos del mundo (superfoods) por su composición de proteínas, carbohidratos, grasas no-saturadas y alto contenido de vitaminas, y en especial por ser una fuente natural importante de selenio, un mineral benéfico en múltiples aspectos, especialmente para la salud.
(…) “el valor económico de la castaña constituye sin duda un factor fundamental para la conservación y protección de los bosques amazónicos por parte de los usuarios locales. Como base de la economía regional en la Amazonía boliviana, la almendra ha permitido que la región mantenga un enfoque productivo basado en la extracción de los recursos forestales: aquello es el factor determinante para las relativamente buenas tasas de conservación de bosques en la Amazonía boliviana en comparación con las áreas colindantes de los países vecinos. De esta manera, la cadena productiva de la castaña contribuye a la protección natural de uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo. Adicionalmente, es necesario destacar que se estima que, gracias a su gran tamaño y abundancia, los árboles de Bertholletia excelsa son responsables de aproximadamente 9% del carbono almacenado en los bosques amazónicos de Bolivia (Selaya et al., en elaboración), un porcentaje mucho mayor que de cualquier otra especie forestal en la región. Este resultado permite comprender que la castaña, de lejos, es la especie más importante para la mitigación del cambio climático en la región” (CIPCA, 2017).
“Ver cómo ese mercado se integra dentro de la gestión de áreas de conservación, puede ser un área protegida nacional, puede ser un área protegida municipal, pero también como unidades que están alrededor de las áreas o dentro de las áreas que aprovechan este recurso, entonces impulsar su transformación, su recolección ayuda automáticamente a la gestión de estas unidades territoriales y ayuda también a la planificación regional del departamento y del país”,aseveró Terán.
Majo en el PN ANMI Madidi
El majo es otro fruto amazónico que existe en el PN ANMI Madidi y el área de la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas en el departamento de La Paz. Es un alimento sagrado para los indígenas de esos sectores tropicales, es una fuente proteínica de gran nivel y la bebida con la pulpa aplastada en agua tiene un alto valor nutritivo y energético [Servicio Nacional de Noticias Ambientales, “El asaí, el majo y la palma real, frutos amazónicos promisorios”, http://senaforo.net, octubre 2021].
Según la tesis de grado, Evaluación de los Procesos de Producción, Identificación de Mercados y Comercialización del Aceite de Majo, de la UMSA, el majo tiene distintos usos: como alimento; como medicina para la tuberculosis, la disentería y un poderoso antiinfeccioso [Griffiths Jáuregui, Teddy Wilson, UMSA, 2008].}
También se tiene el aceite que se usa en la preparación de alimentos, como medicina, para el cuidado del cabello, hasta su uso como combustible para dar iluminación [Ibíd.].
El valor nutricional del aceite de majo es bastante similar al aceite de oliva. Sin embargo, mientras el aceite de majo tiene entre el 77 y 82% de ácidos grasos no saturados y 2 a 4 % de ácidos grasos saturados, el aceite de oliva tiene el 87% de ácidos grasos no saturados y el 7 a 8% de ácidos grasos saturados, mostrando que inclusive es mucho más ventajoso que el aceite de oliva [Ibid.]
La producción y comercialización de productos amazónicos de áreas protegidas son apenas algunos ejemplos de la capacidad y potencialidad de desarrollo productivo sostenible en áreas protegidas.
FUNDESNAP fortaleciendo las áreas protegidas a través de la captación y canalización de recursos financieros y no financieros
La Fundación para el Desarrollo del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (FUNDESNAP) a través del Fondo de Innovación para la Promoción de Innovaciones Productivas Sustentables en Bolivia con financiamiento de DANIDA (Agencia Danesa de Desarrollo Internacional), en el año 2018 apoyó alCentro de Investigación para la Amazonia (CIPA), de la Universidad Amazónica de Pando, en la implementación del “Jardín Clonal” para la producción de un banco de germoplasma activo, mediante el cual se injerta castaña mejorada para acelerar la producción y optimizar el nivel de productividad.
Se apoyó con un plan de capacitación a los beneficiarios en trepa de árboles, injertía, colecta de yemas, asistencia técnica y la dotación de plantines para disponer de los pies de injerto. A través del “Jardín Clonal”, se pudo proporcionar plantines de castaña de alta calidad genética a los productores de la región.
Con el proyecto se favoreció de gran manera al medio ambiente, dando a conocer un sistema agroforestal sobre los beneficios de la castaña y contribuyendo a la mitigación de la deforestación provocada por la ganadería en el departamento de Pando.
Hace falta mayor impulso y apoyo de muchos otros actores de emprendimientos productivos sostenibles similares en áreas protegidas que aparte de ser una oportunidad económica para los pueblos indígenas y poblaciones locales, sea también un medio de fortalecimiento al mismo Sistema Nacional de Áreas Protegidas, como el único medio, in situ, que precautela y protege la biodiversidad, los ecosistemas y valores culturales de nuestras poblaciones originarias que habitan en sus territorios.
Artículo producido en el marco del Proyecto “Fortaleciendo las Bases de Sostenibilidad Financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SNAP) para la Consolidación de Procesos de Conservación”, implementado por FUNDESNAP en coordinación con SERNAP y bajo el patrocinio de la Fundación Gordon and Betty Moore.